Infiltraciones en podología

EVA PÉREZ OLTRA (*)

Muchas veces, nos encontramos con casos en los que el paciente no mejora ante ningún tratamiento conservador (plantillas, vendajes, antiinflamatorios…), en ese caso utilizamos una infiltración local, previo diagnostico mediante Rx o Resonancia, en la zona dolorosa.
 La infiltración consiste en la inyección de sustancias medicamentosas con efecto antiinflamatorio y analgésico y dependiendo de las características de cada paciente elegimos la infiltración de Corticoides, Anestésicos locales o productos homeopáticos.
 Los problemas más habituales en el pie donde se podrían llevar a cabo las infiltraciones son:
 – Espolón calcáneo.
 – Fascitis plantar.
 – Tendinitis aquílea.
 – Bursitis aquílea.
 – Bursitis calcánea.
 – Neuroma de Morton.
 – Síndrome del túnel del tarso.
 Está contraindicado realizar una infiltración en los siguientes casos:
 – Trastornos de la coagulación.
 – Presencia de infección.
 – Reacción al medicamento que vayamos a infiltrar.
 – Presencia de artritis reumatoide y diabetes.
 Pautas de realización de las infiltraciones:
 – Espaciar las infiltraciones entre 7 días y 1 mes.
 – No infiltrar una misma articulación más de 4 veces al año ni 2 veces consecutivas si son ineficaces.
 – No infiltrar más de 3 articulaciones en una misma sesión.
 – Mantener la articulación infiltrada en reposo 24-48 h.

(*) Podóloga. Clínica Kines. Dénia.

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