Culminamos un año crítico y comenzaremos otro en el que parece continuará la crisis. Pero ello no es óbice para que sigamos escribiendo sobre aspectos de nuestra tierra, porque en estas cosas, no estamos en crisis. Peor sería que hubiera una crisis del conocimiento.
Hoy debo felicitarme por la aparición de una nueva publicación sobre nuestra comarca: ‘El Verger, de la prehistoria a la fí de l’Antic Régim’ que firman cuatro autores de reconocido prestigio.
A través de cuatro partes, los autores nos introducen cada uno en el conocimiento de una etapa histórica de la población. Y he de señalar que es una población poco estudiada en los parámetros habituales. En esta ocasión es la historia el hilo conductor de la obra con inclusión de la Carta Pobla del Verger (de 1610). Aunque el título alude al periodo comprendido entre la prehistoria y el antiguo régimen, (son interesantes los mapas que reflejan la estructura de las poblaciones en los estados señoriales a lo largo de los siglos XIV a XVI), hay varios apartados que aluden a la situación actual, incluyendo estadísticas relativas al siglo XXI.
El libro es muy interesante para conocer algo más a nuestra comarca. El hecho de que nombre en el título de este trabajo a Jaime González Castellano, el médico, hijo de Xàbia, que soñó Fontilles, es porque su madre y sus abuelos maternos procedían de El Verger. Era la madre María Josefa Castellano Molines y sus abuelos maternos Francisco Castellano y María Molines.
Jaime González Castellano, era un médico a la antigua usanza, el que procuraba estar a la cabecera del enfermo; (hoy no se llama médico de cabecera, lo que no deja de tener su sentido nostálgico y se ha sustituido la denominación del profesional por la de médico de familia, y tampoco suele ningún médico acudir a la cabecera del enfermo, sino que se suele atender en la consulta).
Me interesaba destacar la participación del médico en la epidemia de cólera de 1884 y 1885 que sufrió El Verger y que expongo en las páginas 135 a 138 de libro biográfico del médico. Aquí la actuación del médico, que era en aquel momento subdelegado de medicina y cirugía del partido de Denia fue, diríamos ejemplar o de libro, aunque a la autoridad municipal no le agradara, ya que Jaime González se vio obligado a desmentir las afirmaciones del alcalde de la población.
Todas las actuaciones que siguieron fueron comunicadas a la superioridad sanitaria de la provincia. Se estableció el cordón sanitario que fue protestado por las autoridades locales, dado que la población es una artería principal en el entramado de comunicaciones de la costa y del litoral y dicho acordonamiento perjudicaba a la población. En esa época el tren llegaba a El Verger y allí estaban esperando las diligencias para recoger a los viajeros y llevarlos a las diversas poblaciones que no disponían de tren. Así pues el cordón sanitario impedía la rápida llegada a las poblaciones ya que al no poder pasar por la población tenían que buscar rutas alternativas, como hace el notari de València Joan Baptiste Arnau que desde Oliva se dirigió a Pego y de allí a Dénia, según relato que aparece en el libro El Verger (pag. 27).
La situación creada y las quejas municipales hicieron que hasta allí fuera el Gobernador de Alicante que se traslado en el transporte Caridad para hablar con las autoridades locales. Al final, transcurridos varios días sin nuevas invasiones de ‘cólera’, el cordón fue levantado. Pero nuestro médico tuvo la animadversión de una población que consideraba que el ‘cordón sanitario’ le perjudicaba en vez de beneficiarle. Pero ¿cuántos se salvaron gracias al citado ‘cordón’?