Mi libro Desde Jávea, escrito en 1985, fue objeto de intercambio con diversos amigos, entre los cuales se encontraba Alfred Aiza Roca. Él me dio su libro El món mariner de Peníscola. Fue un libro que al leerlo me proporcionó el deseo de hacer algo similar relativo a la villa de Xàbia. El planteamiento de dicho libro me daba las pautas para construir un trabajo similar al que él había hecho y comencé a indagar e investigar siguiendo sus pautas. Posteriormente he de decir que Mª Rosario Cabrera González ha escrito El món mariner de Dénia que aborda esta temática aunque desde la población hermana, si bien la cercanía, creo, hace de estos dos mundos, el de Xàbia y el de Dénia parejos aunque unas pequeñas diferencias los hacen peculiares.
Pues bien, para comenzar la idea, tuve varias entrevistas con Valentín Ros y sus hijos, sobre todo Amadeu que en aquel entonces estaba adquiriendo una buena preparación para curtirse en la mar y desde luego, en cada ocasión en la que he acudido a él, he encontrado la respuesta acertada a mis preguntas. Fruto de aquellas indagaciones fue mi trabajo ‘Els peixos de Xàbia’ que se publicó en Xàbiga en 1988. Tras estos pasos iniciales desistí de realizar ese trabajo por la ‘posible’ magnitud del mismo y la falta de conocimientos que al respecto tenía para hacerlo bien.
De aquellas charlas iniciales ha quedado una intensa amistad y mi admiración por la persona de Valentín Ros y su familia.
Valentín Ros, desciende de personas vinculadas a la mar de Xàbia y él encontró en ese mar su inspiración y su trabajo. Si hace poco desvelaba la figura de Amadeo Sivera Ros, su primo, que se ‘ahogaba’ en un despacho y sentía la llamada de la mar, en Valentín Ros ocurre lo contrario. Se encuentra más realizado cuando construye barcos. A Amadeo, su hijo, sin embargo, le gusta la mar, yo diría que, apasionadamente, si bien también, vive la mar fuera, como afición y con planteamientos científicos. Le gusta hablar de la mar y participar en la construcción de barcos aunando en sí la experiencia paterna y su formación. Hace un tiempo me presentaba a unos biólogos marinos (expertos en ciencias del mar de la Universidad de Alicante) que estaban comprobando la maduración sexual de las gambas. Con unas gafas de aumento se podían distinguir los órganos sexuales de las mismas y los expertos realizaban las mediciones esenciales para conocer diversas variables. Su deseo de aprender lo adquirió por herencia de sus padres, porque también su madre, Rosa, manifiesta tendencias similares.
Valentín Ros nació en 1931. A los catorce años fue a la mar, pero había días que ayudaba a su padre en la restauración de barcos. Ahí encontró su vocación, su afición y su trabajo. ¡Qué dichoso es el hombre que tiene aficiones coincidentes con su trabajo, porque de esta forma trabaja a gusto y feliz!
Valentín Ros Ros es hijo del matrimonio que formaron Valentín Ros Gavilá que fue práctico del puerto y Anita Ros Rodríguez. Creció en Duanes de la Mar. Estudió con las monjas en Duanes y luego con D. Domingo Roig, hasta los 14 ó 15 años. Tras realizar la mili (Denia, Valencia y Cartagena) al mar hasta el momento que en Calpe (alrededor del año 1956) hacen un astillero y allí acuden él y su primo Bartolomé Sivera Ros. Durante dos años estuvo formándose en la construcción de barcos grandes, pero también trabajando duro. Me cuenta que ganaban 50 duros a la semana. Desde ese momento compagina el mar con la construcción de barcos. Cuando se amplía el astillero para construir barcos de entre 16 y 20 metros también está él, hasta el momento en que encuentra a Rosa con la que se casa el febrero de 1963.