ÁNGEL SERRANO ZURITA: París, Palestina, Yemen, Siria y el maldito criterio de proximidad

angel_serrano2

Comenzaré diciendo que lo malo de escribir artículos de opinión para un semanal es que los temas ocurridos el fin de semana anterior pierden actualidad y vigencia. Lo extraordinario y verdaderamente interesante es el tiempo y la distancia con la que te permite abordar lo (ya muy) anteriormente noticiable. Por ello, la supervivencia del periodismo en papel en estos tiempos del 2.0 o 3.0 o 4.0, depende de qué autor elijas, radicará en la transformación de los diarios, cada vez impresos con mayor periodicidad. Algunos directamente morirán, pues, si no se adaptan, no podrán soportar ya más deuda. Se dedicarán a profundizar, a valorar y a lo que, debido a la avidez informativa en Internet, ninguna redacción digital puede ofrecer: investigar. Lo van a ver ustedes.

Expuesto esto que no podía pasar sin señalar, puede que con acierto o sin ninguno, pues no tengo una bola de cristal como Aramis Fuster; les contaré que me duelen igual todas las muertes a manos del terror, sean en Francia, en Palestina, en Yemen o en Siria. Sin embargo, no es tan rentable para el duopolio televisivo informar de una tragedia que acontece a 1.200 km como uno que ocurre a 15.000. No nos impacta igual, no nos identificamos de la misma manera. Es lo que los teóricos de la información denominan ‘criterio de proximidad’.

Publicidad

A la hora de hacer una selección de noticias, los medios de comunicación asumen unos criterios que hacen de un acontecimiento un hecho noticiable o simplemente insignificante. Son los llamados criterios de selección: actualidad, proximidad, conflicto, notoriedad, rareza, entretenimiento, etc. Esto determina, por ejemplo, que lo sucedido en la República Centroafricana no es igual de importante que lo que ocurre en Alemania, Italia o Gran Bretaña. Diversos autores como Mar Fontcuberta, Stella Martinio Miquel Rodrigo Alsina han analizado cuáles son y discrepan en número y prioridad. Pero la cercanía entre el lugar de los hechos y la localización del receptor de la noticia está reflejada en todas y cada una de las clasificaciones realizadas.

¿Es justo?, se preguntaran. Evidentemente, la respuesta es «no». El terrorismo de Sendero Luminoso en Perú o el de Los Tigres Tamiles en Sri Lanka no impactaron a los jóvenes europeos de los 80’s tanto como los atentados del IRA en Irlanda o de ETA en España. Sin embargo, el número de víctimas fue mayor en Lima que en Madrid.

No es cosa de la educación de las masas a través de los medios de comunicación, que ha convertido a éstas en insensibles, producto del cada vez más presente sensacionalismo. No es eso. Nos guste o no, al ser humano por fuerza le va a asombrar mucho más aquello que le puede ocurrir, aquello con lo que se siente más identificado. Las grandes empresas mediáticas, simplemente, amplían su margen de beneficios a través de lo que es de interés para el público, que no de interés público. Ahí el quid de la cuestión. Cada vez importa menos recurrir en los espacios informativos al morbo y el entretenimiento vacío de contenido.

¿De qué se extrañan?

(*) Periodista.

Suscríbete al boletín de noticias

Pulsando el botón de suscribirme aceptas nuestras Política de privacidad y Términos del servicio
Publicidad