De bibliotecas, libros, internet… (III). Los monasterios

juan_bta_codina_basEsta serie está dedicada a estos tres conceptos en principio: las bibliotecas como lugares en los que convergen los libros, pero también otros materiales, los libros propiamente dichos, internet y la digitalización y otras cosas que por su carácter tengan que ver con este epígrafe que vamos desarrollando con el intento de dar a conocer mi vinculación con las bibliotecas y archivos, porque un archivo no es lo mismo que una biblioteca. De todo ello iremos tratando paulatinamente.

Pero cuando no existía la imprenta, existían los copistas que hacían circular los libros y el saber entre aquellos que estaban interesados. Los monasterios eran los centros del saber con sus buenas bibliotecas. En Xàbia esta certificada la existencia del Monasterio de los Jerónimos en la Plana, pero dicho monasterio tuvo una existencia efímera por lo que su biblioteca no pudo albergar muchos manuscritos o códices.

Pero ante del de San Jerónimo se ha constatado la presencia del monasterio visigodo de San Martín. Pensamos con José Segarra Llamas que su biblioteca era una de las más notables de su tiempo con numerosos manuscritos y códices. Este monasterio, al decir de Diago, brilló en tiempo de los visigodos como centro religioso y de cultura, fundado por el abate Donato. Este monasterio, al refugiarse Hermenegildo (cristiano) huyendo de su padre Leovigildo (arriano) fue seguramente blanco de la furia de los arrianos y después de los musulmanes.

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En Xàbia se encontró una hebilla visigótica. ¿Por qué no pueden encontrarse algún libro visigodo? Habrá que buscar en la zona donde se ubicó o en l’illa del Portitxol por si se encuentra alguno, pero debemos señalar algunas características de los libros visigodos por si se encuentra alguno, que bien pudiera ser arriano y en ese caso tendríamos un tesoro de valor incalculable dado que en España Recaredo, al verificarse la unión religiosa, mandó quemar todos los libros arrianos. ¿Y si en Xàbia se escondió alguno? Esto es lo que nos atrevemos a pensar.

A los monasterios llegaban libros de todas partes y creencias que se copiaban. Una vez copiados se devolvían al lugar de su procedencia. Los monjes leían todo lo que caía en sus manos. No sólo leían libros cristianos, sino también paganos y seguramente los del monasterio de San Martín también leerían libros arrianos, para saber como pensaban sus enemigos y poder rebatir sus doctrinas.

Los libros arrianos estaban escritos en caracteres ulfilianos, así llamados por ser inventados por el obispo de los godos, Ulfilas. Este obispo que vivió entre los años 311 y 383, convirtió a los godos al arrianismo. Se impuso la ardua tarea de traducir la Biblia al lenguaje gótico, lo cual hizo empleando el alfabeto griego de letras mayúsculas. Al no existir en griego símbolos para algunos sonidos góticos, adoptó caracteres rúnicos de la primitiva escritura escandinava, alterando las formas de las letras para asemejarlas a la fisonomía de las griegas, por lo que se puede decir que el alfabeto ulfiano es el griego aumentado en media docena de nuevos signos. La parte de la Biblia de Ulfila que ha llegado hasta nosotros fue copiada 150 años después de su muerte. Consta de seis manuscritos que contienen una parte considerable de los evangelios y de las Epístolas de San Pablo y pequeños fragmentos de los libros de Esdras y Nehemías. El manuscrito más importante fue descubierto en el siglo XVI en un monasterio junto a Werden en Alemania. Hermosamente escrito con letras de oro sobre pergamino púrpura, está considerado como uno de los más ricos tesoros de las bibliotecas europeas; se conserva en la Universidad de Uppsala. De los cinco manuscritos restantes, uno se descubrió en Alemania en el siglo XVII y otro en Italia a mediados del siglo XIX. Quedan tres por descubrir. ¿Y si se encontrase en Xàbia? Dos manuscritos encontrados en Alemania, otro en Italia; no es descabellado que alguno de los otros tres pasase en barco hasta este monasterio ubicado en Xàbia y que se descubriese en el siglo XXI. Sólo el tiempo lo dirá.

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