¿Qué tienen las bibliotecas? En nuestro trabajo anterior hemos hablado de la Biblioteca Nacional y su tercer centenario, pero ahora iremos dando noticia de otras cuestiones relacionadas con el epígrafe que da título a esta serie de artículos. La biblioteca Nacional es riquísima en libros y rica en grabados y fotografías.
De los libros más importantes se ha dicho que entre sus documentos se encuentran más de tres mil incunables y piezas destacadas como los «Códices Madrid I y II» de Leonardo da Vinci, la «Biblia Politica Regia», el Beato de Liébana, el «Breviario de Isabel la Católica», la «Cantigas de Santa María» o el manuscrito de «Las siete partidas» de Alfonso X el Sabio.
La Biblioteca Nacional está llena de tesoros, de piezas tan frágiles que deben ser protegidas del aire, la luz y las manos humanas. La luz y sus destellos (el flash de las máquinas de fotografiar) perjudican la tinta y su excesiva exposición a esa luz o destellos provocarían desapareciera lo escrito; el sudor de las manos o la grasa de la piel también son perjudiciales para ciertos papeles y pergaminos. Por ello y para algunos casos hay en la biblioteca cámaras acorazadas con sistemas especiales de climatización donde se conservan entre otros el manuscrito del Cantar de Mio Cid; uno de los 25 ejemplares del Beato de Liébana que hay en todo el mundo; las Cantigas de Santa María de Alfonso X El Sabio; y el Catholicon de Johannes Balbus, seguramente la obra impresa más antigua de la BNE, editada en 1460 probablemente en la propia imprenta de Gutenberg.
Señalaremos que la temperatura media es de 20 grados centígrados con una variación de 2 grados y la humedad de 45% con una variación del 5% para que los libros y materiales puedan conservarse adecuadamente.
Pero no sólo hay libros en esta biblioteca. Igual de importantes son los grabados que guarda –de Rembrandt, Durero y Goya, entre otros–, los mapas antiguos, la colección de música y partituras; fotografías, y el archivo de la palabra, donde se custodian las voces de personalidades como Alfonso XIII y Primo de Rivera.
Las bibliotecas son un recinto donde la cultura tiene su espacio. Donde nos tenemos que acostumbrar a acudir porque en ella encontraremos a esos amigos que constituyen los libros que te dan consejos y donde puedes gozar, en un ámbito de silencio, del placer de leer.
¿Se sustituirá el libro de papel por el libro digitalizado? ¿Se sustituirá la consulta de libros en papel en ese espacio común por la consulta en internet, sólo y aislado? Creo que internet, siendo una herramienta hoy imprescindible, no debe sustituir la consulta en los libros y en la biblioteca.
La biblioteca, al ser un espacio común, es un medio de socialización y por tanto necesario para vivir en esta sociedad casi ‘asocial’ Bien es verdad que en la biblioteca hay que estar en silencio, pero no es menos cierto que el compañero que está sentado junto a ti, puede ayudarte en un momento determinado o tú a él y esto crea ‘unión y amistad’
Cuando voy a una biblioteca o archivo, me gusta preguntar al que está junto a mí, en que está trabajando o estudiando. Y lo hago porque me parece muy poco social, estar junto a otro, coexistiendo, pero no conviviendo. También podría hablar del tiempo, pero esta cuestión creo que es más trivial. A veces de estas conversaciones surgen ideas creadoras y creativas así como también amistades que perduran. ¿Quién sabe si en la biblioteca también puedes conocer a tu amor?