De bibliotecas, libros, internet… (X): El lápiz

juan_bta_codina_basEs lógico agradecer la ayuda prestada por un archivo o biblioteca, bien sea pública o privada, cuando lo que allí se ha anotado, se publica y esto se suele hacer en la introducción del libro por el autor del texto y posteriormente remitiendo un ejemplar de lo publicado para que tengan conocimiento de ello. Igual debe hacerse cuando lo que se publica es un artículo. De esta forma los archivos y las bibliotecas se enriquecen con las obras que han tenido como fuente esa institución.

Hoy voy a hablar del papel del lápiz. Hasta ahora no me había ocurrido, pero ha sucedido que en las dos últimas visitas me he visto obligado a utilizar el lápiz. Desde que comencé a ‘investigar’ en archivos, bibliotecas, hemerotecas, etc… han pasado muchos años y también he ido incorporando los avances que me proporciona la técnica. Las primeras veces me dedicaba a copiar la noticia o el documento. En estos sitios la fotocopia no es factible porque la luz quema el papel y perjudica la tinta. Luego compré un magnetófono ‘de periodista’ y leía la noticia o el documento para avanzar más rápido y luego en casa iba copiando al dictado. En los últimos años la fotografía ha sido mi elemento de trabajo siempre que me dejen y siempre, también, sin utilizar el flash, por aquello de la luz a lo que ya he aludido antes.

Cuando el documento es antiguo no suelen permitir la utilización de la máquina fotográfica y en ocasiones la entidad ofrece la posibilidad de enviarte una reproducción del documento obtenido por medios que ellos utilizan para no dañar al documento. Se realiza la solicitud pertinente y al cabo de un tiempo, te indican el importe de lo que se ha pedido y tras ingresarlo en su cuenta, lo recibes en casa, bien claro que en la solicitud de dicha reproducción has informado de la utilización que se hará de ese documento.

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La entrada en algunas de las instituciones es muy restringida y controlada para evitar que entres con materiales u objetos que puedan dañar los documentos y con bolsos en los que pudieras llevarte algún papel. Además de la identificación personal que se hace al entrar pasas por el ‘arco’ y debes dejar en una taquilla todo aquello que no vayas a utilizar. No se permiten las máquinas fotográficas.

Pero en las dos últimas visitas: la Real Academia de la Historia y el Archivo Histórico Nacional sólo me permitieron entrar con lápiz. Y en el Archivo Histórico Nacional con cuartillas (los folios no se pueden entrar en la sala de investigación). Así que de nuevo, como cuando empezaba a aprender a escribir, tuve que utilizar el lápiz. Como lo sabía me llevé un sacapuntas, porque cuando estás escribiendo varias cuartillas, el grafito se desgasta. También debo decir que en el Archivo Histórico Nacional hay una caja con muchos lápices y cuartillas, pero nunca papel de mayor tamaño.

También debo decir que de aquellos documentos que me interesaban, pude solicitar que me hicieran una ‘captura digital’ para tener una reproducción de los mismos. Aun no las he recibido, pero se que con ello tendré una información ‘precisa’ de aquello que me interesa.

Otras cuestiones plantean el tipo de persona que acude a consultar estos archivos. Mientras la Biblioteca Nacional y la Real Academia de la Historia sólo admiten a investigadores que estén avalados por un departamento universitario con explicación de los motivos que les llevan a investigar, el Archivo Histórico Nacional sólo pide el DNI, claro que uno que no esté acostumbrado a realizar tareas de este tipo, se pierde en estos lugares cuando no sabe como comenzar. Y hay muchas ocasiones que tras un día entero no has encontrado nada y otras veces encuentras algo que te llena de emoción.

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