Las barcas de vela latina han pasado de ser una herramienta esencial para el trabajo de los pescadores a convertirse en un símbolo de patrimonio y tradición marítima, ahora destinadas principalmente al recreo y conservación cultural. Antiguamente, estas embarcaciones eran imprescindibles para la pesca y el transporte de mercancías, aprovechando el viento para moverse sin necesidad de combustibles. Con la modernización del sector pesquero y la llegada de los motores, las barcas de vela latina perdieron su funcionalidad productiva.
Tres llaüts sobreviven a la Marina Alta gracias a la labor de la Asociación de Barcas Tradicionales de Xàbia. Se encargan de mantenerlos vivos, bien conservados y, además, se organizan encuentros y propuestas lúdicas para fiesta y socializar. Y todo porque, a pesar de que ya no son una herramienta de trabajo, su valor histórico y de identidad los hace parte esencial del patrimonio marítimo mediterráneo.

La Asociación de Barcas Tradicionales de Xàbia se fundó en el año 2002 y tiene alrededor de sesenta socios de diferentes localidades de la Marina Alta e, incluso, alguno de fuera, de Valencia, Alicante y Altea. No se cobra ninguna cuota pero se hace lotería para los socios y el dinero se destina al mantenimiento de los tres llaüts de propiedad común.
Los llaüts estuvieron operativos como herramienta de trabajo de los pescadores hasta la década de los 70 del siglo XX. Ahora bien, la vieja latina terminó en los años 30 cuando entraron los motores de combustión para correr el toro. Cuando más llaüts hubo en Xàbia fue en los años 30 y 40. “Si había 15 pesqueras de luz”, comenta Amadeu Ros, “en tres llaüts cada una, estamos hablando de 45 barcas, que se dice pronto”. “La posguerra fueron los mejores años”, añade, “porque había mucho pescado. El mar se reprodujo mucho e, incluso, la gente que era labradora venía al mar para tener pescado para casa”.
Los tres llaüts que hay ahora en Xàbia están construidos en los años 60 y 70 aunque son muy parecidos a los de épocas anteriores. “Es cierto que tienen características especiales para trabajar en el trasmallo, en la red, etc. Pero ahora se utilizan para recreo, de recreo”, indica Ros. La Asociación de Barcas Tradicionales de Xàbia organiza cada dos años un encuentro en el que invitan a gente de otras asociaciones de vela latina de Cataluña, de la Comunidad Valenciana y de las Islas Baleares. La última fue en el 2023 y, por tanto, este año se hará una nueva hacia finales de octubre o Tots Sants. Acude gente de la Albufera de Valencia, Santa Pola, Campello, etc. “En nuestro territorio, barcas a vela latina sólo hay en la Albufera y en Xàbia”, en palabras de Amadeu.
Otra actividad son las varadas de otoño y primavera. Un grupo de socios y amigos colaboran en el mantenimiento de uno de los llaüts. Lo sacan fuera por la rampa pública del puerto de Xàbia y lo limpian y pintan. Es un día de fiesta y de hermandad que se aprovecha para realizar talleres para explicar cómo se aparea un laúd y enseñar algunos de los nudos que se usan para montar las velas. Y todo, claro y cómo es menester, acompañado de una comida marinera.

Ros habla sin tapujos y dice que «queremos conservar tanto el patrimonio físico, los llaüts, como también el oral, es decir, el saber hacer, los dichos, los cuentos de la gente, las canciones, etc.». Por eso editan un libreto a fin de dar a conocer hechos históricos y tesoros del inventario inmaterial “porque lo que no queda por escrito, se pierde”.
Uno de los proyectos de este año es ir al Mar Menor porque les han invitado a un encuentro de barcas tradicionales y clásicas, un territorio donde sí hay muchos llaüts de vela latina porque no tienen problemas de amarre, “¡qué envidia!”, indica Amadeu Ros.
Los llaüts son, al fin y al cabo, una muestra de identidad, de un uso tradicional de la pesca de cerco, palangres, tresmalls e incluso de arrastre artesanal que nos identifican como pueblo.