Sant Vicent está en Teulada

Más de 70 personas participan en el II Encuentro de Vicentes y Vicentas

Nadie puede dudar de la devoción que los teuladinos y las teuladinas tienen hacia San Vicente Ferrer. No hace falta más que dar un vistazo en las fiestas patronales y la gente que participa, tanto en la ofrenda de flores como las misas, las procesiones, etc. Y este año, todavía más si cabe. Y todo porque el día grande de San Vicente coincidió con el apagón eléctrico que sufrió todo España, Portugal y parte de Francia. Y apenas en la hora de la procesión que, aun así, no se aplazó. La imagen salió cuando todavía había luz natural pero ya estaba a oscuras cuando llegó a la plaza donde está la iglesia de Santa Caterina. El templo estaba cerrado y la imagen paró ante la puerta. Allí, con las luces de las cancelas, los cirios y los móviles de la gente se cantaron los tradicionales gozos.

Pero todavía hay más porque el pasado domingo se hizo el II Encuentro de Vicents y de Vicentes organizada por la Asociación Sexto Centenario. El objetivo era reunir una concentración de hombres y mujeres de Teulada -o que viven allí- que llevan el nombre del santo patrón. Y todo dentro del marco de las fiestas patronales porque era el Día de la Vuitada. La primera edición se hizo en 2010 a fin de conmemorar los 600 años de la estancia de San Vicente en Teulada, donde fue para visitar su hermana Constanza. Ahora, quince años después, se ha celebrado la segunda para festejar el 675 cumpleaños del nacimiento del santo. Maite Vallés, miembro de la Asociación Sexto Centenario, dice que “no es un encuentro que se celebra todos los años sino en fechas señaladas”. “De hecho”, añade, “a estas alturas, no ha prevista una tercera edición”.

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Cómo era menester, más de 70 persones -hombres y mujeres- se concentraron en la calle San Vicente. Desde allí, al sonido de la dulzaina y lo tabalet, salió el pasacalle hasta la Plaza VIè Centenario. Todos los Vicents y todas las Vicentes recibieron un detalle especial, un sobre con un sello editado expresamente para la ocasión. Además, hubo un reconocimiento especial para la persona más mayor, Vicenta Ivars Llobell, y para la más pequeña, el niño Vicent Oller Asensi -de tanto solo tres meses y medio- que, casualidad, son de la misma familia. Había casos de familias que tanto el padre como la madre y el hijo llevan el nombre del santo.

Vallés dice que “en la primera edición hubo más de 200 personas. Pero han pasado quince años y ahora el nombre ya no se utiliza tanto”. Se hizo también un detalle a los portadores de San Vicente, a la parroquia, en el Centro de Estudios Vicentins y al obispo Bartolomé Buigues, que pasaba unos días en el pueblo antes de volver a Costa Rica.

La Asociación VIè Centenario no para de hacer cosas. Hace unos meses editó un poemario con las obras que, año tras año, participan en la Noche de Poesía Vicentina que se celebra en la Font Santa. Además, el Centro de Estudios Vicentins ha recibido una segunda donación de 1.400 libros más de Nicolàs Merlos -ya cedió 1.500 hace unos años- que hablan de San Vicente Ferrer. Así, el fondo bibliográfico del centro gorrión sobre el santo valenciano es lo más completo de toda la Comunidad Valenciana “o, incluso, de más allá”, comenta Maite Vallés.

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