Verónica Monsonís (*)
Cuando hablamos de Educación Temprana nos referimos al conjunto de estímulos, cuidados y atenciones que podemos brindar a un niño durante su primera infancia para que desarrolle de forma óptima todo su potencial.
En los primeros años de vida, el niño inicia la aproximación al mundo y comienzan sus aprendizajes, construyendo su desarrollo, y relacionándose con el medio. Por ello, los programas de Estimulación Temprana o Precoz van dirigidos al niño en las primeras etapas de la vida, principalmente desde la etapa prenatal hasta los 4 o 6 años, según los casos. Es en estas primeras edades cuando se desarrollan y maduran las capacidades fundamentales y prioritarias: área del lenguaje, sensorial, física, psicológica… aunque se llevarán a cabo de una manera global.
Las áreas junto con los objetivos que se trabajan son:
Lenguaje.
– Se centra su atención con actividades de tipo visual, auditivas, manipulativas…
– Formación de conceptos: correspondencias y clasificación de objetos, conceptos de posición… de la vida cotidiana.
– Comprensión simbólica. Reconocer el significado de los objetos, personas, acciones… Imitación de roles, comprender estos símbolos e interpretarlos verbalmente.
– Comprensión verbal.
– Lenguaje expresivo.
Multisensorial.
– Aprovechamiento y utilización de los restos auditivos y visuales.
– Sistemas de comunicación.
– Estimulación auditiva y táctil a través del juego.
– Estimulación de todos los sentidos, mediante todo tipo de experiencias y exploraciones.
– Coordinación de la movilidad y desplazamiento.
– Acceder a la información, analizándola.
– Trabajaremos habilidades de la vida cotidiana.
Control del movimiento corporal.
– Se trabaja todo el cuerpo, pero se hace hincapié si tienen algún miembro afectado.
– Estimular todas las vías de percepción, ya que es frecuente que los niños con deficiencias físicas presenten trastornos psíquicos, por lo tanto se potencia una integración multisensorial.
– Fisioterapia y relajación.
Identidad y autonomía.
– Se realizan tareas que potencien la autonomía en el sujeto: en la alimentación, movilidad, orientación…
– Control de esfínteres, higiene…
– Vestirse y desvestirse.
Social.
– Comunicarse con el medio que le rodea: personas, objetos.
– Tomar conciencia de su entorno y fijar su interés en él.
– Trabajaremos el juego como factor decisivo en estas edades.
Los padres somos los primeros educadores, los que más influencia tendremos sobre el desarrollo de nuestro hijo. Por eso debemos conocer la manera de poder ofrecerle los estímulos adecuados en cada etapa de su más tierna infancia.
Para el próximo mes de julio estamos preparando grupos sobre Estimulación Temprana. Dirigido a niños de entre 0 y 3 años (aprox..)
Como ya se ha comentado arriba, en la actualidad, la estimulación temprana o precoz ayuda a mejorar el desarrollo de los más pequeños. ¡Animaros! ¡Lo pasaremos todos genial!
Infórmate en el 639 647 656.
(*) Psicóloga.