GLORIA MARTÍ CHOLBI (*)
Tratamiento:
En cuanto al tratamiento hay 2 posibilidades:
El tratamiento conductual-cognitivo.
El tratamiento farmacológico (inútil si no es combinado con el anterior).
– El tratamiento conductual-cognitivo incluye: Técnicas operantes (control de las conductas alteradas, que se supone que dependen de factores presentes en el ambiente) y técnicas cognitivas (procedimientos basados en la utilización del pensamiento y del lenguaje, en razonar o solucionar problemas).
– En el tratamiento farmacológico se suelen utilizar:
Fármacos estimulantes (la mayoría de las veces).
Tranquilizantes o antidepresivos (menos utilizados porque aunque disminuyen la inquietud, movilidad excesiva y la agresividad, no influyen positivamente en la atención y el rendimiento del niño).
Parece una contradicción dar estimulantes a un niño que no para de moverse, sin embargo estos estimulantes actúan a nivel cortical, no a nivel motor, estimulando la parte del cerebro no desarrollada adecuadamente en el niño.
No es necesario ni conveniente utilizar medicación en todos los casos, sobre todo durante la adolescencia, por los posibles riesgos de adicción (tengamos en cuenta que el activo principal de estos medicamentos es el mismo que el de las anfetaminas, que todos sabemos que tienen gran poder adictivo).
(*) Licenciada en Filosofía y Ciencias de la Educación.