Dos hombres se enfrentan a un juicio que comenzará este lunes en Alicante, acusados de patronear una embarcación precaria tipo patera que zarpó desde Argelia con destino a Moraira el 17 de agosto de 2024. En la embarcación viajaban quince personas, incluyendo un menor de edad, quienes habrían pagado 1.400 euros por el peligroso trayecto.
Según el relato de la Fiscalía, la embarcación utilizada era una barca de tan solo cinco metros y treinta centímetros de eslora, completamente inadecuada para la travesía y el número de pasajeros. La patera carecía de equipos de seguridad y salvamento, exponiendo gravemente la vida de los ocupantes. Además, estos viajaban rodeados de bidones de combustible, incrementando el riesgo de incendio, y sin ningún tipo de protección contra las inclemencias del tiempo como el sol, el viento o la lluvia. La situación a bordo se tornó aún más crítica cuando los ocupantes tuvieron que achicar el agua que entraba en la embarcación utilizando únicamente botellas. A pesar de las duras condiciones, la patera logró alcanzar una playa de Moraira al día siguiente, 18 de agosto.
El Ministerio Fiscal ha solicitado una pena de prisión de seis años para cada uno de los acusados por un delito de favorecimiento de la inmigración ilegal, considerando la grave negligencia y el peligro al que expusieron a las quince personas a bordo. Este caso pone de manifiesto los graves riesgos a los que se enfrentan las personas que intentan llegar a Europa a través de rutas marítimas irregulares. Estas travesías, a menudo organizadas por redes de tráfico de personas, se realizan en embarcaciones precarias y sobrecargadas, sin las mínimas garantías de seguridad, lo que ha provocado la pérdida de miles de vidas en el Mediterráneo en los últimos años. Las autoridades continúan luchando contra estas redes y concienciando sobre los peligros de estas rutas.