Cuando veo la riqueza de personalidades que imperan en esta entidad, creo que el sólo hecho de trabar amistad con ellas es aliciente suficiente para inscribirse. Se ha dicho que para tener éxito en la búsqueda de trabajo, hay que ver el tamaño de la agenda de teléfonos y direcciones que se tiene, porque el número de posibilidades se incrementa. A mayor cantidad de contactos que se establecen mejor y aquí los consigues sin casi darte cuenta porque hay valores en las personas que la conforman.
Su aludimos a la edad de las seguidoras nos encontraremos con una mujer tipo que tiene entre 30 y 50 años, aunque también las hay más jóvenes y más mayores. En cuanto a su estado hay cerca de un 80 por cien casadas y con hijos y el 20 por cien restante no. Aunque la edad y el estado no son importantes para MEJ si que ofrece una cantidad de posibilidades y de experiencias de las que se puede aprender mucho. Un último factor por el que he preguntado es el de su actividad profesional y es variadísimo siendo fácilmente constatable en el directorio que aparece en la página web de las Mujeres Emprendedoras de Jávea. Cualquier mujer puede ser parte del grupo y son todas bienvenidas. En el grupo hay mujeres que son empresarias, que trabajan por cuenta ajena, que están en el paro y que son amas de casa. Para esta entidad todas son igual de importantes y todas pueden aportar algo al grupo. Nadie es excluido por no tener ningún conocimiento.
Ayer, 8 de marzo, se celebró en todo el mundo el día de la mujer trabajadora en recuerdo de quellas pioneras que el 8 de marzo de 1857, mujeres de una fábrica de textiles de Nueva York organizaron una marcha en contra de los bajos salarios y las condiciones inhumanas de trabajo. Frente a (en este sentido utilizo el vocabo versus que da título a este escrito) la mujer trabajadora la mujer emprendedora está en un escalón más elevado, porque supone una libertad de creación, de emprendedurismo y de autonomía. Creo que habría que propiciar este carisma sin desdeñar el ser trabajador. Tanto el hombre como la mujer pueden llenarse en el trabajo, pero el emprender algo supone un planteamiento superior, ya que además del trabajo en sí, hay que tener autonomía y ciertas habilidades y aptitudes e incluso una actitud abierta ante la vida.
Ultimamente, también desde la educación, se está queriendo conocer que habilidades tiene el emprendedor, para desarrollarlas en la escuela y se han detectado algunas como la cantidad de conocimientos, el número de habilidades, nivel de integración en la familia y el haber probado a gestionar alguna iniciativa (¿no habéis observado en ocasiones al caminar por el paseo marítimo como algunos niños o niñas se colocan con una mesita y algunas cosas de casa: cromos, collares, abalorios diversos… y los ofrecen a los viandantes? están tomando iniciativas que luego les puedem servir para el emprendedurismo). A estos factores habría que añadir el de haber viajado porque al hacerlo adquieres nuevas experiencias que posteriormente te ayudan mucho.
Para poder escribir estos articulos hice una serie de preguntas a algunas de las artífices de esta entidad y me han servido de mucho sus contestaciones que intentaré trasladar a los lectores. No especificaré los nombres de las que han respondido por cuanto creo que contestaban en nombre del grupo, pero si que les daré las gracias por ello.
Pues bien, les pregunté que aptitudes consideraban necesarias para ser emprendedoras: Sus respuestas me hablan de positivismo ante la vida, de ánimos para emprender cualquier tipo de proyecto de vida y no anclarse en el pasado. Cualquier mujer ‘de serie’ puede ser emprendedora, pero hay que potenciar aptitudes que por miedo no se potencian. Espíritu de lucha para poder soportar los ‘noes’ que siempre hay por el camino y creer en lo que hace (si no cree y no está convencida, hace falta que busque otra cosa en la que crea), tiene que formarse continuamente en su campo para conocer las tendencias. Luego en esa formación debe buscar el cómo hacer estudios de mercado y ser conocedora de los medios de comunicación e instrumentos que ofrece el mercado actual. También la mujer emprendedora ha de saber asumir el riesgo porque cualquier empresa que se inicie, supone un riesgo, pero no insalvable, sino superable.