La tecnología «empelotudece»

Guillermo_Ares_Opinion

«Sos un pelotudo» no es exactamente «eres gilipollas», un poco más cálido, el insulto lleva una enorme carga de argentinidad, esa melaza llevada al canto en tono casi inocente.

Dicho esto, la tecnología nos vuelve «pelotudos», ya no sabemos de memoria los números de teléfono ni siquiera de los más frecuentes, ni qué decir de las tablas de multiplicar o hacer cálculos mentales.

Publicidad

Un programa de televisión llama «la calculadora humana» a una prueba en la que hay que sumar, restar, dividir o multiplicar cantidades de dos cifras que alguna vez llegan a tres, la vergüenza es ver los desaciertos de los concursantes.

No hablemos de las nuevas tecnologías en automóviles y robots de todo tipo que poco a poco van acercándose a la perfección perfecta, dejando a los humanos el triste espacio de admirar cómo nos reemplazan en todos los rincones.

Como en muchos casos, aquello que fue creado para hacer el bien o para ayudar, se transforma en una máquina de matar o de empelotudecer al humano reemplazado.

Sin darnos cuenta, poco a poco el cerebro humano se va atrofiando, adquiere habilidad para manejar aplicaciones a cambio de perder otras mucho más importantes.

Igual que en las novelas del futuro, los robots, las máquinas tienen una limitación que les impide hacer daño a los humanos, hasta que alguien anule esa opción para formar ejércitos de máquinas que eliminen a determinadas sociedades de la faz de la Tierra.

Educación, formación e información en la adolescencia es la única defensa ante este futuro tecnológico que nos ataca.

Igual que en ciencia ficción, los cerebros son cada vez menos ejercitados, no es más que ver las respuestas a las preguntas que se hacen en distintos programas de televisión.

Ni hablemos de leer, hagan una prueba, cojan un texto cualquiera y pidan a un adolescente o a un pos adolescente que lo lea en voz alta.

Ya nada que añadir si pretendemos que escriban un dictado.

Esa incapacidad para hacer cotidiana y natural una acción tan sencilla como leer o escribir, es la base del conocimiento, la falta de manuales de uso en beneficio de situaciones «intuitivas» hace que perdamos el potencial de analizar y descubrir, dejándolo todo en algo fácil al que se llega sin pensar demasiado.

Así estamos, ante situaciones de gran simplicidad ya no se sabe reaccionar, malos entendidos, falta de interés, desidia son algunos de los factores que desaniman a «trabajar» por mejores resultados.

Personalmente me bajo de este tren, intentaré recuperar aquello que realmente facilita la vida en la Tierra sin dejarme invadir por «los dioses» que empelotudecen quitándonos los momentos más importantes de nuestra estancia en «la vida».

Suscríbete al boletín de noticias

Pulsando el botón de suscribirme aceptas nuestras Política de privacidad y Términos del servicio
Publicidad