La sociedad está muy sola

Guillermo_Ares_Opinion

Haciendo un vuelo de pájaro sobre las distintas cadenas de televisión, llego a la conclusión que la mediocridad de sus dirigentes y sus trabajadores, cómplices de los anteriores, es mayúscula.

Una verdadera enorme falta de respeto a una sociedad que absorbe como esponja un catarata de basura de todo orden.

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No satisfechos con los programas de cotilleos rosa, auténtica caca para cualquier sector, empiezan a surgir como setas los programas para desesperados en busca del amor eterno, ese que dura cuatro meses.

Con formatos traídos de fuera, falta de imaginación local, presentadores mediocres se ganan  el pan con el rubor de su frente pasando vergüenza ajena o riéndose de la ingenuidad de jóvenes y de los otros que creen que van a encontrar a su media naranja justo ese día y para más… delante de las cámaras para que media España lo festeje.

Nacen también como setas las redes sociales que no son otra cosa que agentes matrimoniales disfrazados de contactólogos prometiendo nuevas amistades a solitarios a saber por qué.

Esta sociedad debe andar muy mal, cierto es que no hay más que ver quienes se presentan a esos programas, pero en las redes quienes se apuntan suman miles de hombres y mujeres en busca de la felicidad no encontrada hasta ahora.

Algunos (genérico de algunos y algunas) han encontrado una autopista sin peajes para su desmedida vocación por crear conflictos entre hombres y mujeres alimentando el tópico de machismo o el feminismo.

¿Será realmente un regalo del progreso que debamos agradecer?

Cierto que es mucho más sencillo sentarse en el ordenador, tablet o móvil para entablar sabe Dios qué conversaciones con desconocidos (genérico de desconocidos y desconocidas) ya que visitar cientos de discobarespubs recibiendo otras centenas de malas caras o decepciones de las distancias cortas no deja de ser mucho más incómodo.

Después de algunas mentiras virtuales muchos (genérico de muchos y muchas) consiguen un encuentro que decepciona ante una realidad muy diferente a la de la pantalla.

La gran pregunta es si vamos hacia mejor o peor.

No le veo el romanticismo a una pantalla ni a una cena en un restaurante convertido en un plató lleno de técnicos diciendo que repitamos esa frase dulce porque hubo un fallo en el micro.

¿Le debemos realmente algo al progreso?

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