La Dénia del Marqués comía pan y trabajaba el campo

Una exposición recrea cómo era la ciudad en tiempo de Francisco Gómez de Sandoval y Rojas y el luto por su muerte hace ahora 400 años

El V Marqués de Dénia, Francisco Gómez de Sandoval y Rojas, es un personaje destacado en la historia del municipio. Fue él quien le dio el título de ciudad en 1612, quien propició tres visitas del rey Felipe III y a quien se le deben la fundación de los conventos de San Antonio (1588) y de las Agustinas (1604), así como algunas mejoras en el castillo. Cuando se cumplen cuatrocientos años de su muerte, el 17 de mayo de 1625 en Valladolid, la ciudad recuerda cómo era la Dénia de aquel tiempo y como honró el hombre que la hizo más próspera. Una exposición organizada por el Archivo Municipal en el Centre d’Art l’ Estació invita a los visitantes a descubrirla y compartir la grandeza de aquellos años, pero también las miserias de una población que se alimentaba principalmente de pan y para la cual había un solo maestro de escuela, que solo enseñaba a leer a los chicos.

Para hacerse una idea de cómo era Dénia en el siglo XVII, se exponen planos y mapas de la época acompañados de información interesante sobre la vida cotidiana. Si en el año 1575 había 1.700 habitantes, en el 1634 -después del paso del Marqués- eran 2.400. Las mujeres que vivían solas eran mal vistas. Tenían que casarse y tener muchos hijos -la mayoría no llegarían a la edad adulta- y el peligro de que ellas muriesen en el parto era muy alto. Las viudas podían ser económicamente independientes y las que iban al convento de clausura serían monjas de coro (si la familia podía pagar la dote) o monjas de obediencia (si no tenían dote). Las primeras rezaban y cantaban y las segundas cocinaban y limpiaban. Podían llamarse Catalina, Anna, Isabel o Maria, pero también Jerónima, Úrsola o Silvestra, por ejemplo.

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Habría muchos hombres con el nombre de Joan, Vicent o Francesc, además de Jeroni, Cosme, Melchior, Roc o Aníbal, entre otros. El ideal para ellos sería vivir de rentas, como los nobles. Lo más habitual era ser labrador, con poca tierra o arrendada. Pero habría también marineros, pescadores, carpinteros, herreros… pobres y esclavos. Médicos, notarios, comerciantes y labradores ricos estaban a otro nivel.

El Consejo pagaba un maestro de escuela que enseñaba a leer y escribir solo a los chicos, a pesar de que conseguir un buen maestro no era fácil. En aquel tiempo, prestaban sus servicios 2 médicos, 2 cirujanos y 2 boticarios. Existía también la figura del saludador, que curaba la rabia. Y el número de niños abandonados era muy alto.

La población se alimentaba principalmente de pan y de carne; el pescado se consumía en Cuaresma y era alimento para los más humildes. La bebida por excelencia era el vino y había la costumbre de ir de excursión y de comida. Se adjunta una receta de clarea y un menú de 1627 a base de harina para hacer pan, salsas, atún, pescado, huevos, queso de Mallorca, melones y uva. Los comensales, que fueron a la Cova Tallada, se llevaron también aceite y carbón.

La ciudad que tenía a Sant Roc como patrón hacía una gran fiesta por la Asunción y por el Corpus y tenía varias ermitas y cofradías, como la de los negros.

L’andana y el testamento

La muestra explica cómo estaba formado el gobierno municipal y cómo los jurados de la ciudad se vestían con las gramallas, hechas con tela de damasco rojo. El título de ciudad -que supuso un aumento del número de consejeros y jurados y la obtención de un sello- ocupa un lugar destacado. También se muestra otra documentación, nunca expuesta hasta ahora, que nos acerca a la realidad de la época.

El gobierno municipal anunciaría la muerte y los actos en memoria de quien fue el señor territorial de Dénia durante 51 años la noche del 5 de junio de 1625 en un acto solemne denominado l’andana. Vestidos de negro y a caballo, de dos en dos, con antorchas y haciendo sonar una campanilla en cada esquina harían correr la noticia. Las exequias y el ceremonial fúnebre se celebrarían al día siguiente, de 8 a 9 de la mañana, en la iglesia mayor, en la Vila Vella del castillo. En medio de la iglesia se pondría un túmulo rodeado con 12 antorchas encendidas y las armas del duque. Dénia le dedicaría 3 misas cantadas.

En sus últimas voluntades, el marqués dejaba una renta anual para los conventos de San Antonio (570 ducados) y de las Agustinas (100 ducados) y también para el hospital (300 ducados). Así mismo destinaba 3.000 ducados a repartir entre las personas pobres de Dénia y Xàbia y 500 fanecas de trigo para el pósito de trigo. La única copia completa conocida del testamento se expone en la sala, donde también se puede ver una imagen del duque-cardenal muerto, procedente de la iglesia de San Pedro de Lerma.

Francisco Gómez de Sandoval y Rojas, V Marqués de Dénia y Duque de Lerma, fue el hombre de confianza de Felipe III y el más poderoso de su reinado. Cuentan que era un experto en aquello de la especulación, la corrupción y el tráfico de influencias. Consiguió que el monarca trasladara durante un tiempo la Corte a Valladolid para beneficiarse de varias operaciones inmobiliarias. El malestar creado por las irregularidades constantes que se le atribuyen hacía peligrar su vida. La manera de salvarla fue solicitar el capelo cardenalicio. Algunos historiadores han puesto en entredicho algunas de las acusaciones y han apoyado la teoría que fue víctima de una conspiración. Aun así, ha pasado a la posteridad la copla que en aquel tiempo se hizo popular a Madrid en relación a sus fechorías: ‘Para no morir colgado, el mayor ladrón de España se viste de colorado’.

Conferencias para el 22 y el 28 de mayo

Los actos que ha organizado el Ayuntamiento de Dénia para conmemorar los 400 años de la muerte del duque de Lerma se completan con dos conferencias. El jueves 22 de mayo, el profesor de la Universitat de València Manuel Lomas imparte la titulada “¿El Mundo en declive? El proyecto de galeras del duque de Lerma para Dénia”. Y el miércoles 28, Ángel Campos, profesor de la Universidad Autónoma de Madrid, ofrecerá la charla «Una ciudad para el rey. El duque de Lerma y la transformación de Dénia en tiempo de Felipe III». Las dos conferencias serán a las 19.30 horas, en la Biblioteca Municipal.

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