Fui testigo privilegiado de cómo un grupo teatral hace terapia tras el arduo trabajo en la Comissió de Festes de la Mare de Déu de Loreto de Duanes de la Mar. Es ésta una comisión que trabaja de forma continuada a lo largo del año para preparar las actividades festivas patronales de Duanes de Xàbia. Pero este trabajo se incrementa en las semanas anteriores a las fiestas patronales, ya que la organización de los festejos, su preparación y planificación, se hace de forma consensuada y con la participación de todos.
El hecho en sí es que además de hacer terapia, han buscado la forma de que esta terapia se muestre a los demás en una noche de teatro de humor. Habían pensado en hacer una noche de humor dentro de las fiestas como preámbulo a las mismas y al final concluyeron que lo mejor era representar un sainete ante el público. De esta forma lograrían que el público se entretuviera sana y alegremente. Como los actores son conocidos del público su papel en el sainete muestra divergencias en el tratamiento del papel relacionado con su personalidad. Si en la vida real muestran un carácter, en la escena presentan otro personaje distinto y esto hace que el público se sorprenda y se alegre.
El próximo domingo, día 14, representaran ocho personas un sainet valencià. No voy a desvelar el argumento, pero si que diré que el sainete valenciano muestra siempre dos características: una disyuntiva entre el ‘quiero y no puedo’ para concluir con ‘que me quede como estaba’, por un lado y por otro el choque entre la forma de entender las dos hablas en pugna: ‘valencià’ y ‘castellano’ produciéndose en su expresión oral muchos defectos por creer que sólo una de las lenguas proporciona más prestigio y en pos de ese prestigio, se intenta ser lo que no se es.
Esta pugna es lo que mueve a la risa entre los mismos actores, por lo que considero que estos ensayos que están realizando cada noche, llevan implícita una terapia para ellos mismos. La risa y el humor son compañeros naturales para proporcionar alivio al stres. Si por las fiestas este grupo en su deseo de hacer cosas y bien, muestra cansancio, aquí supera ese estado y sale con más salud del ensayo.
Hay que nombrar a sus miembros actorales para conocimiento de todos. Nos harán disfrutar de una noche amena y nos harán reír Luisa Albi Llopis, Josefa Teresa Buigues Bou, Pepa Chorro Monserrat, Juan Vicente Fliquete Albarracín, Vicente Gavilá Cholbi, Francisco Ivars Roselló, Cristóbal Mata Buigues, Mª Carmen Montoya Llidó, Paquita Ros Vivens y Carlos Torres Mulet. Son ocho los que saldrán a escena, porque hay dos que serán apuntadores. ¿Y si de aquí surgiera una Nuria Espert o aquel mítico Rambal? El tiempo dirá.
Asistiendo al ensayo os aseguro que disfrutan, aunque a veces el mismo error que cometen les hace soltar la carcajada. Al ensayar representan y esa misma acción de representar les condiciona porque no son actores de escuela ni siguen el método adecuado en su dramatización. Pero si que ponen voluntad y se esfuerzan. Antes de iniciar el ensayo se les ve deambular por el espacio teatral, reconocer los puntos donde han de colocarse en cada momento de la escena, concentrarse, hacer estiramientos, plegarse, relajarse, mover sus manos en escena lo que es dificilísimo. Cuando uno actúa las manos le estorban y por ello en la historia del teatro el sombrero es un objeto idóneo para no tener las manos vacías e inertes. Se les ve nerviosos, pero conforme avanza el ensayo, se les ve más sueltos, hasta en los momentos de mayor dramatismo, que lo hay también. Están aprendiendo para dar de sí a los demás una buena noche de humor.
Cuando la función termine y baje el telón, el aplauso será su mejor recompensa. Pensad que tras esta actuación hay horas y horas de ensayo, de concentración, de esfuerzo y de trabajo. Han pasado noches en vela cuando los pobladores de Duanes duermen. Ellos han estado trabajando. Ahora podréis ver el fruto.