La corporación municipal de Pego ha aprobado un presupuesto municipal para 2025 de 13.445.248,98 euros en ingresos y 13.115.030,98 en gastos, con el voto a favor de los ocho concejales del equipo de gobierno socialista, la abstención de los cinco del Partido Popular y el voto en contra de los cuatro de Compromís.
Las cuentas para el presente ejercicio han sido defendidas por el concejal de Hacienda, Ricardo Sendra, quien ha calificado el presupuesto como “el más elevado de la historia de nuestro pueblo”. Sendra ha destacado que cuenta con un 9 % más de gastos que el de 2023 —que fue prorrogado— y con un 11 % más de ingresos, procedentes estos últimos del incremento en la participación en los tributos del Estado, del aumento del porcentaje de diferentes contratos programa como el de la Residencia, el de los cursos deportivos o el impuesto sobre construcciones.

No obstante, ha advertido sobre la diferencia de 330.000 euros entre un capítulo y otro que, según afirma, “por una cuestión de prudencia económica se han dejado al margen” a la hora de ser validado por parte del departamento de Intervención.
de todos los grupos de la corporación municipal y lograr unas cuentas municipales transformadoras, más sociales y realistas para la población”. En ese punto, ha citado los más de 260.000 euros en convenios destinados a asociaciones, 156.000 euros para entidades deportivas, 70.000 para entidades festeras, 22.000 para las de carácter cultural y 10.000 euros para las comerciales. Además, ha mencionado otros proyectos como la instalación de cámaras para la Policía Local, dotado con 18.000 euros; la prevención de incendios, con 21.000; el mantenimiento de centros educativos, con 52.000; o los premios del concurso de ideas para la redacción del proyecto del nuevo teatro municipal, con 15.000 euros.
La previsión de gastos e ingresos ha sido cuestionada por Compromís, ya que, según su portavoz Víctor Climent, “después de dos años hay un proyecto presentado, pero en el mes de julio, cuando gran parte de él ya está ejecutado”. Asimismo, ha señalado que, a pesar de haberse consumido la mitad del ejercicio, algunas de las iniciativas contempladas no podrían implementarse durante 2025.

Climent ha hecho pública su decepción por haber apostado personalmente por la negociación con el equipo de gobierno, aportando propuestas como los presupuestos participativos, la ampliación del horario de la biblioteca municipal para los universitarios, la habilitación de un nuevo polígono industrial para las empresas del pueblo con perspectivas de expansión, la reforma del mercado municipal como alternativa al teatro para la realización de actos culturales y sociales, un plan municipal de vivienda o la creación del “carrer de la pilota”. Propuestas que, según denuncia, no se habían plasmado en un texto para firmar, con la sorpresa de que parte de ellas habían sido apropiadas por el Partido Popular en el comunicado previo al debate, donde incluso se llegaba a facilitar la fecha del pleno.
Todo ello, y a pesar de reconocer que se habían incluido algunas de las propuestas de Compromís, le llevó a anunciar el voto en contra del grupo municipal, alegando que, según sus palabras, “no nos podemos fiar de vosotros”. En ese sentido, insistió en que, a su entender, “el equipo de gobierno no tenía ninguna intención de pactar, sino de simular que pactaba”. Este extremo le llevó a afirmar la existencia de un pacto desde el inicio de la legislatura entre el equipo de gobierno socialista y el PP que, según él, “se basaba en negociar las remuneraciones”. En esa dinámica fue aún más allá al afirmar que “el PSOE pegolino está dirigido últimamente por personas que ya no recuerdan las ideas ni la vocación pública para entrar en política, y confunden su interés privado con el público, y creo que no son dignos de sus votantes y militantes”.
Todo esto le ha llevado a autodefinirse como “<
Por su parte, el portavoz del PP enmarcó las negociaciones para el presupuesto, que, según detalló, partieron de un borrador del equipo de gobierno que, una vez examinado, consideraron insuficiente en algunas de las iniciativas a llevar a cabo, lo que les motivó a elaborar una treintena de propuestas, de las cuales finalmente se aceptaron veintidós para ser ejecutadas entre presupuesto y remanentes.

“Nosotros hemos venido a trabajar y nos alegra poder hacerlo, además de implementar nuestras políticas a partir de 2027, cuando accedamos a la alcaldía”, declaró Ferran González, tras enumerar las diferentes propuestas presentadas, para finalmente hacer pública una abstención que daba luz verde a unas cuentas que, al cumplir con los principios de estabilidad presupuestaria, “sería una negligencia que no fueran aprobadas”.
Ambos argumentos han sido replicados nuevamente por el concejal de Hacienda, quien explicó el procedimiento llevado a cabo para conseguir una previsión de ingresos y gastos lo más participativa posible, con el fin de optimizar recursos que permitan abordar la construcción del teatro como prioridad en los próximos ejercicios. En este sentido, aprovechó para informar sobre la decisión adoptada dentro del equipo de gobierno socialista de que el sustituto provisional de dicha instalación para albergar conciertos y actividades sociales sea el pabellón del antiguo instituto, una vez habilitado.
El debate fue cerrado por el alcalde Enrique Moll, quien recriminó a Compromís “haber perdido la oportunidad de votar algo junto al partido socialista”. En esa línea, mencionó que el documento había incluido el 80 % de sus propuestas, frente al 60 % del PP.
En cuanto a la falta de plasmación de las propuestas en un documento para firmar, le reprochó al portavoz del grupo nacionalista la actitud de sus integrantes en 2013, cuando lo dejaron sin sueldo y cobrando el paro al acceder a la alcaldía. Con esto, refutó la acusación de “vividores de la política” apelando a su trayectoria laboral, primero como jornalero, luego como empleado, empresario, autónomo y, finalmente, político, “con una jubilación desde el 1 de marzo que le ahorra más de 30.000 euros al año al Ayuntamiento”.
Finalmente, Moll aprovechó el turno de contrarréplica para acusar al grupo nacionalista de “ir siempre a lo fácil” en cualquier materia. En concreto, condenó la postura de no asumir responsabilidades en materia urbanística durante la reciente aprobación del PAI de Penya Roja, donde, a su juicio, se limitaron a rechazar una solución a una iniciativa urbanística sin aportar un plan de viabilidad que permitiera la reversión del impacto ambiental de las infraestructuras a medio terminar.