Nos queda descifrar el título para darnos cuenta de que la autora utiliza la figura literaria de la antítesis para dar título a su libro de poemas: dos términos que se oponen entre sí. Pero en esta aparente oposición (paradoja) se esconde una simbólica unión: el canto es interno, hacia dentro: («una voz que dispara desde dentro hacia un desierto azul») y hacia al cielo, y es un canto silencioso porque es la voz de una emoción inefable, que no puede salir hacia fuera…
Cuando le pregunto a la autora de qué poema se siente más satisfecha me dice: «el que cierra el libro: el de la página 71 porque encierra la esencia del mismo: Y además mi padre murió con esa ingenuidad, pensando que le quedaba más tiempo, que en realidad no terminaba ahí. En sus ojos se leía su perplejidad ante la muerte».
¡Ya tenemos el libro! Había que presentarlo y en la mesa estaban Ana García Rosales junto a la autora y a la regidora de Cultura, Empar Bolufer. Ana García es la maestra que guió los pasos de Fina en el mundo del teatro y que en dicha presentación leyó algunos de los poemas. Siempre una persona necesita de ‘maestros’ que le sepan guiar y conducir en el aprendizaje de nuevas disciplinas y si el alumno aprende, como dice Lluís Llach, entonces se ha conseguido uno de los objetivos más bellos, el tener discípulos en la vida. Maestro y discípulo se impregnan de un mismo saber.
El libro lo presentó el profesor José Luis Moreno Congosto que desmenuzó su contenido de forma admirable. Fue una lección de crítica literaria y poética. Pero de su disertación destacaría, aparte de la ubicación de los diferentes poemas que lo forman en una estructura monástica, de aquel lugar donde el silencio ayuda a la reflexión y a la introspección como elementos necesarios que nos lleva a la poesía, a resaltar, como él lo hace, la búsqueda de la belleza a través de las palabras que Fina nos muestra en su poesía. José Luis estaba preparando a los futuros lectores para que sacaran provecho del texto poético y pudieran saborear cada una de las palabras. Sugería ideas e invitaba a leerlo, conducía y guiaba para que los frutos fueran los más óptimos.
Pero hay un tercer protagonista: el prologuista Javier Reverte, que por cierto si fuera o estuviera en Xàbia sería de la quinta ‘la brega’. Javier sitúa la poesía de Fina en un conjunto de poesía que es fruto de la necesidad y también nos invita a leer los versos doloridos de Fina, que en un remedo de Jorge Manrique, muestra sus sentimientos ante la muerte de su padre.
Javier Reverte había dado una conferencia en el instituto de Teulada. Desde el instituto Fina, como profesora de lengua y literatura, hubo de ser la persona que conectara sobremanera con Javier Reverte y esto repercutió en su vida. Constantemente digo que la vida de cualquier persona tiene momentos mágicos de suma influencia posterior y que a veces no calibramos en su medida. Fruto de aquellos encuentros son esta edición, el prólogo y esta cercanía del madrileño Javier Reverte a nuestra tierra. También estuvo en Xàbia como invitado en el Ajedrez viviente. Fina fue con Rafael Andarias a recogerlo al aeropuerto para la ocasión. Es interesante conocer de Javier Corazón de Ulises. Con él recorreremos las tierras que un día viera Ulises, el héroe homérico, y de su mano visitaremos las mediterráneas tierras de Grecia, Turquía y Egipto, pero también debemos leer su última obra: Colinas que arden, lagos de fuego donde relata las tierras africanas del Norte de Kenia a los 30 años de haberlas visto la primera vez.
Como síntesis de estos cuatro artículos, busco que el corazón se conmueva ante la belleza de la poesía, porque en nuestra sociedad parece que hayamos matado el sentimiento de tanto acostumbrarnos a ver la muerte, la desdicha, el dolor, la ira y la guerra, las rencillas, el odio y las armas, las miserias humanas… en todos los lados y hacernos insensibles a lo humano, a aquello que me hace pertenecer a la especia humana. Frente a la prosa (prosaico, prosaísmo) de la vida, la poesía de la vida misma. Razón y corazón, pero sobre todo corazón. El corazón es padre de la ternura y engendrador del cariño. Os animo a leer poesía.