Dr. MARIANO MARTÍN-LOECHES DE LA LASTRA (*)
El fibroadenoma es el tumor benigno de las mamas más común en general y el más común en mujeres menores de 30 años. Un fibroadenoma se compone de tejido glandular mamario y tejido que ayuda a sostener a éste. La causa de los fibroadenomas se desconoce.
Los fibroadenomas por lo general son tumores o protuberancias solas, pero aproximadamente del 10 al 15 % de las mujeres tienen varias protuberancias que pueden afectar ambas mamas. Suelen ser fácilmente movibles bajo la piel, firmes, indoloras y elásticas. Tienen bordes lisos y bien definidos. Los estrógenos influyen en su desarrollo y por ello pueden aumentar de tamaño durante los embarazos o cuando la mujer recibe tratamiento hormonal. Sin embargo, no experimentan cambios, a diferencia de las alteraciones fibroquísticas, durante el ciclo menstrual. Los fibroadenomas con frecuencia, se vuelven más pequeños después de la menopausia (si la mujer no está tomando hormonoterapia).
La palpación mamaria junto a la ecografía constituyen el mejor método de diagnóstico y de control de estos tumores benignos en mujeres menores de 35-40 años. En casos de duda hay que recurrir a la punción de estos tumores, aunque en muchas ocasiones no se obtiene apenas material para analizarlo. La ecografía demuestra un nódulo bien limitado con ecos en su interior y sin banda de refuerzo posterior, sobre el cual se puede realizar una punción ecogiada para estudio citológico. La mamografía demuestra un nódulo bien circunscrito con bordes netos, radiopaco y de baja densidad. Si al realizar una biopsia indica que el tumor es un fibroadenoma, éste puede dejarse en el lugar o extirparse. La decisión de extirpar el tumor la toman la paciente y el ginecólogo. Si crecen demasiado, molestan a la mujer o le origina una gran angustia el saber que tiene un bulto, la única alternativa de que disponemos es su extirpación quirúrgica.
El problema es cuando son varios fibroadenomas ya que la extirpación de todos ellos nos obligaría a llevarnos una gran cantidad de tejido mamario con el riesgo de crear importantes problemas estéticos en la mujer. La postura actual es conservadora, y sólo recurrir a la cirugía selectiva en aquellos casos que crecen y son molestos para la mujer. Las protuberancias o tumores que no se extirpan se deben revisar con regularidad por medio de exámenes físicos y ecografías de mama, siguiendo las recomendaciones del ginecólogo.
La clínica de la tumoración indica su crecimiento expansivo aunque carente de cápsula, presenta bordes nítidos y móvil en el espesor del tejido mamario. El tamaño habitual oscila entre 1 y 3 cm. aunque puede alcanzar los 5 a 7 cm. denominándose fibroadenoma gigante. El crecimiento es lento, presentando un tiempo de duplicación de 2 a 6 meses, y se suele detener en los 2 a 3 cm, se acepta que a partir de los 25 a 30 años ya no crece e inicia fenómenos de involución.
En mujeres jóvenes se puede indicar un periodo de espera ya que se han comunicado hasta un 30 % de remisiones completas y también la aparición de más fibroadenomas. Si la paciente es de mayor edad y aunque la tumoración no sea palpable debe asegurarse la ausencia de malignidad. Si existen exploraciones previas o no hay variación o bien aparece una calcificación progresiva no habrá que actuar. En nódulos de aparición reciente en mujeres de edad y con factores de riesgo de cáncer de mama, es preciso la realización al menos de una citología cuando no su extirpación.
(*) Especialista en Obstetricida y Ginecología.