Alfonso XIII, a propuesta del presidente de Gobierno, Conde de Romanones, tras un estudio prolijo y meditado de la Real Sociedad Geográfica Española, dictaminó el cambio de denominación de los nombres de 573 pueblos, entre los que se encontraba Gata que a partir del texto legislativo de 27 de junio de 1916 (Gaceta de Madrid de 2 de julio) pasó a denominarse Gata de Gorgos.
Así pues el río Gorgos, es el que dio su nombre al municipio de Gata, que hasta ese momento nada más utilizaba su denominación histórica. El motivo principal había sido el de evitar duplicaciones en los nombres de las poblaciones de España, sacrificando a la población de menor orden administrativo que en esta caso tocó a nuestra vecina Gata.
En 1997 Miguel Vives había publicado en el libro de fiestas de Gata de Gorgos ‘Apuntes sobre el río Gorgos’ y en 2005 publiqué yo en el libro de Fogueres de Xàbia ‘De el clot salat a Benitsaina’ con la idea de proponer un camino (para caminar, correr, ir en bicicleta o a caballo) que tuviera siempre como referencia el río Gorgos. Y ello con la idea de seguir aquellos trabajos que iniciara Emili Beut bajo el título de ‘camins d’argent’ como definía a los ríos. Si los caminos de hierro nos hablan del ferrocarril, los caminos de plata debían hablar de esos caminos en que la plata (metáfora del agua que se desliza plácidamente unas veces, bruscamente otras, por sendas que el tiempo ha marcado y el hombre ha re-conducido) es la reina, si bien en el caso del Gorgos muchas veces está ausente o a duras penas circula un hilillo por su cauce, pero en llegado el momento propicio, se desborda y produce desolación y ruina, tal como nos muestra su historia.
Todo esto viene a cuento del libro publicado por Joan Elies Andrés i Serer Fent camí, rutes al voltant del riu Xalo/Gorgos que habla de diversas rutas en torno al rio, pero ninguna en que el río sea el paisaje que nos lleve. En la introducción nos induce a caminar por la montaña, teniendo como eje vertebrador del río, y realiza una escueta descripción de la ruta fluvial (con mapa incluido) que por ausencia de agua, se debe realizar siguiendo sendas y veredas, caminos muchas veces poco hollados por lo montuoso del territorio que atraviesa el río, el autor nos lleva por su entorno, haciéndonos amar este territorio a través del conocimiento de muchos detalles, incluidos flora y fauna así como historia y leyenda.
La lectura de este libro es una invitación a caminar por su entorno, pero dada la estructura que sus autores le han proporcionado enseña muchas más cosas que sólo el paisaje. Es un paisaje con vida propia el que tenemos ante nosotros, porque el texto nos lleva a conocer oficios, hoy extinguidos, pero que tenían su razón de ser en las tierras de La Marina, nos induce a conocer hechos que tuvieron lugar en este territorio, nos proporciona unas breves pinceladas sobre personajes que vivieron en el pasado y nos habla de lugares entrañables para todos los que habitamos en este territorio, teniendo cerca al río Gorgos.
A nivel de anécdota, hará unos 25 años quise hacer un recorrido siguiendo el río, y con una grabadora en la mano, fui siguiéndolo y grabando con mi voz aquello que iba viendo. Mis hijos aun recuerdan, con risas, este viaje, que lo hicimos en coche y en el que continuamente iba parando para decir: ‘nos encontramos en un lugar donde hay cañares, o se vislumbra la población tal, o en el lecho del río apenas circula el agua…’. Entonces tenía la pretensión de hacer un extenso trabajo como el que han hecho Joan Elies Andrés i Serer con la ayuda de Toni Pont Font. Hoy, ellos lo han hecho mejor.