Recientemente se ha firmado el protocolo del Tren de la costa y pronto han surgido algunas disensiones. Pero esto ocurre siempre por el deseo de tener protagonismo, salvo en 1864 en que no se produjo ninguna disensión. ¿Por qué? No sabemos las causas pero seguramente por negligencia, por desconocimiento, por desinterés, por luchas políticas…
El gobierno había presentado el plan de corredores que en parte tenía la misma concepción radial de las carreteras, pero que se ofrecía para obtener información de aquellos que iban a usar dichos ferrocarriles. Tenemos el informe que realizó la Comisión de la Diputación de Alicante y sabemos que al mismo tiempo, desde otras instancias, se remitieron informes al respecto. Aquí viene la sorpresa porque quien debía remitir informes no lo hizo, informes que hubiera servido de cierta presión para tomar en consideración algunas alternativas distintas, y de esta forma no se tomaron en consideración con la fuerza que debía haberse tomado.
Entre las autoridades, corporaciones oficiales, empresas y particulares que informaron sobre el plan encontramos los ayuntamientos de Gandia, Jaraco, Favareta entre otros de la provincia de Valencia y de la de Alicante también informaron además del informe de la Diputación Provincial que seguiremos, el Consejo Provincial, la Junta provincial de Agricultura, Industria y Comercio, la Sociedad Económica de Alicante, el Ingeniero jefe de Obras públicas, y los ayuntamientos de Elche, Novelda, Villena, Dolores, Alcoy, Orihuela, Dénia, Crevillente, Aspe y Monovar que debieron, cada uno, arrimar el ascua a su particular sardina.
Hay que hacer un repaso al párrafo anterior para descubrir los intereses. De la provincia de Valencia remiten informe si seguimos un posible trazado de una tren por la costa que uniera Alicante con Valencia: Favareta, Jaraco y Gandia. De Alicante solo lo remite Denia, del que además desconocemos su contenido. A lo mejor duerme en algún archivo entre papeles y legajos. Los demás ayuntamientos alicantinos que presentaron informes defendían el trazado del interior y no el de la costa. Mi pregunta es: ¿Por qué no hay informes de Pego, Jávea, Benidorm y Villajoyosa que son los pueblos que se citan como argumentos en el informe de la Diputación de Alicante y a los que pretendía, con esta medida, sacar de su lamentable aislamiento? Estos informes que no se dieron, así como algún otro posible de Vergel, Ondara, Benissa, Altea… si se hubieran dado, posiblemente hubieran hecho alguna fuerza y hubieran inclinado la balanza para que esta línea se construyera. Pero así es la sociedad que les tocó vivir a nuestros antepasados y la historia.
Ahora vamos a conocer los argumentos que utilizó la Comisión de la Diputación de Alicante para defender una opción.
El plan establecía que la línea que partía de la frontera francesa pasando por Barcelona, Tarragona, Castellón y Valencia, considerándose continuada por los ferrocarriles de Valencia a Almansa (hoy Venta de la Encina) y de este punto a Alicante, para desde allí seguir a Murcia por distintos caminos. Los comisionados entendían que esta línea no seguía la costa y por ello decían: «Queriendo continuar esa magnífica línea de costa que viene siguiendo la orilla del mar desde la frontera francesa, lo natural parece que sería estudiar una línea que enlazando con el ferrocarril de Valencia, cerca de la costa, viniera siguiéndola y pusiera en comunicación fácil y rápida con las importantes capitales de Valencia y Alicante, los ricos distritos de La Marina, los importantes pueblos de Pego, Dénia, Jávea, Benidorm y Villajoyosa, procurando fácil salida a sus ricas producciones, y comunicación verdaderamente costanera. Esto sería sacar a esos pueblos de su lamentable aislamiento, esto sería una verdadera continuación de la línea de costa, lo demás es un camino de fantasía, una cualquier cosa».