Un empresario muy preocupado por el rumbo de sus negocios que iban de mal en peor durante los últimos años, decide entrevistar a un candidato para llevar la gerencia general de su empresa.
– Dígame, a la vista de cómo está la empresa y el mercado, ¿qué piensa usted hacer para levantar mi negocio?-
– Bien, su negocio está fatal porque hubo una pésima gestión durante los últimos años, el mercado ha cambiado y las inyecciones de dinero que usted hizo fueron malgastadas por los últimos ejecutivos de su empresa.-
– Eso no es nada nuevo, le pregunto qué piensa hacer usted para remediarlo.-
– Bueno… habrá que reducir gastos, negociar con proveedores, buscar gente más capaz a menos coste…-
– Le entiendo, pero ¿cómo piensa hacerlo?-
– Mire usted, su empresa ha tenido muy mala gestión, produce poco y de mala calidad, eso lo mejoraremos, habrá que modificar el departamento de producción, reestructurar el departamento comercial.
Sólo así conseguiremos cambiar el rumbo de esta empresa hacia un futuro de éxitos para que las cosas vuelvan a ser como eran hace algunos años.-
El empresario aspira hondo, en un derroche de paciencia busca su tono más pausado y amable:
– Todo lo que me ha dicho hasta ahora ya lo sé, lo saben mis empleados, proveedores y clientes, su plan es fantástico, un análisis claro y profundo, arriesgaría a decir que hasta muy serio, pero aún no me ha dicho «cómo piensa arreglar el problema».-
El empresario sigue diciendo:
– ¿Cuál es la fórmula para abaratar costes?, ¿cómo conseguirá que mejore la calidad?, ¿compraremos otra materia prima?, ¿dónde?, ¿a quién?, ¿a qué precio?, ¿qué modificaciones haremos en producción y comerciales?-
El candidato interrumpe con entusiasmo:
– Lo conseguiremos, deme usted el puesto y le prometo que seremos líderes en nuestro sector.-
¿Les suena el cuentito?
Nuestros candidatos a gerentes de España no han sido capaces, aún, de decirnos exactamente cómo conseguirán reducir el número de parados, cómo van a conseguir reactivar la economía, sólo prometen que lo van a arreglar, tienen fórmulas para ello, pero debemos preguntarnos por qué no lo han hecho en los últimos años, ya que con o sin mayoría, los países se gobiernan con «todos» los representantes de cada partido.
La pregunta es: ¿»trabajan» para España o para ellos?