Dietética: Navidad saludable, ¿qué comer?

CONCHA FERRANDO NOGUERA (*)

La Navidad es ante todo una fiesta para los niños, son días especiales para los pequeños y jovencitos que viven las fiestas con plenitud y las mantienen en su corazón durante toda su vida.

Las comidas de Navidad que tanto gustan a los adultos pueden romper la rutina alimentaria de los niños. Es esencial que ellos también disfruten como se merecen de estas comidas y cenas tan especiales.

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Ya sabemos que a los niños les cuesta romper sus rutinas, en especial a los más pequeños. Y lo expresan claramente: se descontrolan, no comen nada (o por el contrario comen hasta la indigestión)…

La Navidad en cuanto a la comida se refiere, es un exceso y difícilmente podemos luchar contra ello pero esto no significa que debamos darnos por perdidos y nos lancemos a devorar la comida sin más. En Navidad se puede comer mucho, es decir más de lo habitual, pero, ¡por qué no!, también puede ser de forma sana.

No hay que renunciar a los manjares de la Navidad pero hay muchas formas de deleitarse. Hay una gran variedad de platos navideños y dulces, y múltiples formas de elaborarlos.

¿Cómo podemos conseguir que los niños disfruten como se merecen de estas comidas y cenas navideñas?

Ante todo es aconsejable elegir un menú que sea sencillo, atractivo y fácil de comer.

Las cantidades o raciones de los platos son un aspecto importante pero la elaboración de los mismos también.

Hay muchas formas de preparar los distintos platos típicos de la Navidad, como son las carnes, los mariscos y los pescados, pero si optamos por las más ligeras como al horno, vapor o papillote y los acompañamos con distintas guarniciones y salsas más ligeras, nos proporcionarán menos calorías.

Elegir un primer plato a base de entrantes variados.

Se pueden preparar: croquetas, huevos rellenos, canapés, flan de verduras o champiñones rellenos de queso.

Para seguir podemos optar por una carne o un pescado.

La carne puede ser mas blandita y ligera y el pescado servido sin espinas ni salsas pesadas. Son buenas opciones: lomo a la naranja, pechuga de pavo con ciruelas, pastel de marisco, pescado o carne.

De postre, además de los tradicionales turrones y mazapanes, que sin ellos no sería Navidad, también podemos elaborar postres a base de frutas, como brochetas elaboradas por ellos mismos.

¿Qué sería de la Navidad sin un brindis? Algo divertido y llamativo para los más peques, les podemos ofrecer para esta ocasión su refresco favorito o champán sin alcohol. Las bebidas alcohólicas, incluso en muy pequeñas dosis, son muy dañinas para ellos.

Las uvas para Nochevieja, hay que elegirlas pequeñas y quitarles la piel y las pepitas, para evitar atragantamientos.

En Nochebuena y Fin de Año conviene que la comida y la merienda sean ligeras, así se les abre el apetito para la cena.

A la mayoría de los niños les encanta participar en los preparativos: disponer el turrón cortado en la fuente, adornar la mesa, batir los huevos para elaborar el pastel de carne… ¡contemos con ellos!

¡Felices Fiestas!

(*) Dietista-Nutricionista.

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