Dr. LUIS SANTOS SERRANO (*)
La semana pasada hablamos de recomendaciones generales y datos para comprender el problema de la enuresis, lo propuesto en resumen era:
– No tratar con fármacos hasta los 6 años si es una Enuresis primaria. (Se ha descartado enfermedad o causa).
– Régimen de líquidos (beber mucho durante el día, pero poco después de la merienda).
– Ejercicios de “gimnasia vesical» (aguantar todo lo que pueda, cortar la micción varias veces).
– Llevar un registro de la cantidad máxima que aguanta (midiéndola con un recipiente calibrado adecuado), y un calendario de noches secas y mojadas.
– Debe negociarse un premio (no necesariamente que tenga que comprarse con dinero: ir a dormir a casa de un amigo, acudir a un campamento de verano, etc.) para estimular su colaboración con el programa de tratamiento.
El tratamiento que ha demostrado mejores resultados es la alarma o «pipí stop». Se trata de un dispositivo que produce un timbre, zumbido o vibración cuando el niño se orina por la noche. Detecta la humedad y ésta pone en marcha la alarma. Ha demostrado su eficacia hasta en el 70% de los casos. Es muy efectivo porque despierta al niño cuando comienza a orinarse, haciéndole consciente de lo que pasa y de lo que se siente cuando la vejiga urinaria está llena. Hay diferentes tipos de alarmas, las más modernas pueden adoptar forma de reloj de pulsera con sensores de humedad muy pequeños que se pueden situar en el pantalón de pijama o braguita.
¿Y cuando dar tratamiento con fármacos?
En los niños mayores de seis años que son conscientes de su problema y quieren solucionarlo, es mejor esperar a que haya tenido varias noches secas, aunque sean aisladas, indicando así el comienzo de una maduración propia, imprescindible para el éxito.
Existen varios preparados comerciales de hormona antidiurética que se pueden administrar antes de acostarse.
En la medida que disminuye la producción nocturna de orina, facilita el control, pero existe una alta tasa de recaídas al suspender el tratamiento. Puede complementar el tratamiento condicionador (calendario y gimnasia) antes descrito o incluso combinarse con la alarma. También puede ser una solución de compromiso para asegurarse un control ocasional en un día o días señalados.
Incluso los tratamientos con éxito (hasta un 70% en el mejor de los casos) pueden tardar semanas o meses en comenzar a funcionar. El adiestramiento del niño puede llevar tiempo. Por lo tanto se requiere paciencia por parte de todos los involucrados.
(*) Pediatra. Hospital de Dénia.