GLORIA MARTÍ (*)
A los niños hay que motivarles, pero tengamos en cuenta que NO podemos motivar a un niño proponiéndole directamente actividades en las que justamente ha fracasado una y otra vez. Además utilizando actividades y temas que le interesen aumentará por sí mismo la atención que le preste a la tarea. Entonces, para motivar a un niño o niña con problemas de atención, debemos empezar a utilizar tareas que no parezcan tales y para conseguirlo lo mejor es jugar con los niños, utilizando cosas familiares y atractivas. Cualquier juego puede ser utilizado para comenzar un programa de mejora de la atención (si le gusta el ordenador nos basaremos en él, si lee cómics, utilizaremos los cómics, si sólo le gusta la TV ésta será la base de nuestra intervención…).
En cuanto a las metas, debemos proponernos metas parciales, ir poco a poco, con tareas que el niño pueda realizar sin dificultad, con las que él pueda ver que lo hace bien (esto anima mucho a seguir), para ir aumentándola a medida que se avance.
Y recordemos que un aspecto muy importante es poner más énfasis en valorar y resaltar las conductas positivas que en reprender o castigar las negativas.
Otra cosa que hay que tener en cuenta, es que si los padres riñen exageradamente al niño, pueden estar fomentando un déficit de autoestima por su parte y realimentan el trastorno, ya que el pequeño acabará por no esforzarse por portarse bien al ver que siempre acaban riñéndole haga lo que haga.
Y antes de acabar, recordar la importancia de ser buenos modelos para los hijos e hijas, la importancia de ofrecer modelos de conducta reflexiva, etc., ya que observando a los padres y madres (su manera de responder a las diferentes situaciones, de comunicarse, sus prioridades, sus valores, actitudes, etc.). los niños y niñas van aprendiendo a responder conductualmente.
Los padres somos los primeros y principales maestros de los niños y les enseñamos con nuestra actuación. Del ejemplo que les demos en casa van a aprender más de lo que parece En este tema de la atención:
Podemos enseñar al niño a atender cuando otro habla, en primer lugar atendiéndole nosotros cuando nos habla él, mirándole a los ojos, haciéndole señas para que capte que le estamos escuchando y atendiendo, haciéndole preguntas sobre lo que dice y sobre todo no distrayéndonos con la TV y otros distractores mientras él nos cuenta sus cosas…
(*) Psicóloga.