GLORIA MARTÍ (*)
En el artículo anterior decíamos que desde el aspecto psicológico podemos utilizar las siguientes técnicas:
Técnicas cognitivas
Entrenamiento en estrategias cognitivas.
Entrenamiento en autoinstrucciones.
Técnicas conductuales
Técnicas operantes: reforzamientos y castigos.
Autocontrol.
Ya vimos las técnicas cognitivas, veamos ahora las conductuales:
REFORZAMIENTO
Tenemos 2 tipos, el reforzamiento positivo, que consiste en ofrecer al niño una consecuencia positiva (un refuerzo, un premio) cuando lleva a cabo una conducta adecuada o que queremos que se repita más veces. Hay muchos tipos de reforzadores que podemos utilizar, teniendo en cuenta que cada niño es único y a cada uno le gustarán unas cosas: Materiales (regalos, caramelos, ropa, dinero…), de actividad (escuchar música, ver un programa de la TV, ir de excursión, salir a jugar con los amigos…), sociales (sonrisas, besos, abrazos, elogios, expresiones…). También existe el reforzamiento negativo que consiste en hacer desaparecer una situación que sea desagradable para el niño cuando éste realiza conductas adecuadas. Es muy importante en la educación de los niños el basarnos en el reforzamiento y en el gran poder que tiene ya que está muy demostrado que reforzar las conductas adecuadas tiene mayores efectos que castigar las inadecuadas.
EL CASTIGO
Es justamente lo contrario del reforzamiento, es decir, se da al niño una consecuencia negativa para él cuando realiza una conducta inadecuada (castigo positivo), o se le quita algo que le gusta o que es agradable para él (castigo negativo). El castigo muchas veces es útil, pero siempre como último recurso y sobre todo utilizado correctamente (que suele ser lo que no se sabe hacer). Hay muchos tipos, pero sobre todo debemos saber que el castigo físico no está nada recomendado y sobre todo para niños con déficits atencionales (y mucho menos en los hiperactivos), siendo mucho más eficaz castigar suprimiendo o retrasando algún tipo de refuerzo que sea importante para el niño y siempre avisando al niño del posible castigo y por supuesto cumpliéndolo si él no responde como queremos.
AUTOCONTROL
Consiste en que el niño se proponga pequeñas metas relacionadas con su trabajo o comportamiento, estando atento a su conducta para poder evaluarla al final de cada día y estableciendo las expectativas para el día siguiente.
(*) Psicóloga.