El atleta de Pedreguer será uno de los cuatro europeos que compita en el mundial de CrossFit en Albany
De Pedreguer a Albany. Calum Clements ha hecho historia. Por segundo año consecutivo competirá en los CrossFit Games, el campeonato mundial de un deporte en auge por el número de adeptos y que, como se suele decir, está cada vez más de moda. Los juegos reúnen este año a un total de treinta atletas de élite. Entre ellos solo figuran cuatro europeos: el joven de la Marina Alta, un atleta de nacionalidad rusa, uno alemán y un polaco. La competición tendrá lugar en el mes de agosto en Albany, en el estado de Nueva York. Si su objetivo en 2024 fue volverse a clasificar, su meta en esta ocasión es quedar por encima del puesto número 20 que alcanzó entonces. Está convencido de que es difícil pero también de que no les va a poner las cosas fáciles a los que están por arriba.

Desde el box de entrenamiento que regenta en Dénia, Calum Clements habla con sencillez y sin arrogancia de sus inicios y de sus logros. La práctica del CrossFit le confiere alegría, una sensación de bienestar y reconciliación con uno mismo que transmite cuando habla de ello. Su primer contacto con este deporte lo tuvo hace diez años cuando, animado por su hermano, probó suerte. Tras la primera clase pensó que eso no iba con él pero, escuchando de nuevo a su hermano, se dio una segunda oportunidad. A la semana de entreno continuado lo tuvo claro. Hasta hoy.
El gimnasio en el que se inició en Pedreguer cerró las puertas a los pocos meses de que Calum Clements descubriese este deporte. Once de los usuarios decidieron seguir practicando: compraron parte del material y entrenaron durante dos años en una cochera. “¡Imagínate cómo nos gustó!”, añade.

En un gimnasio de Xàbia, donde hizo una sustitución, le propusieron quedarse como monitor. No aceptó, él quería tener su propio box. Y lo consiguió. Hoy regenta con Tino Losa el Train For You (T4Y), un centro de entrenamiento con sedes en Dénia y Ondara donde la música no para de sonar.
Su relación con la competición se remonta a los primeros años. Compitió primero en el nivel más bajo y fue subiendo a los superiores, con la vista siempre puesta en la élite. “Siempre que acababa de competir me ponía un objetivo, después de la élite me propuse quedar entre los veinte mejores y así, hasta ahora”, comenta.

¿Ambición? ¿Constancia? “Es ‘cabut’ y tiene mucha disciplina, el foco puesto en el objetivo que persigue”, asegura su socio. Explica que para un atleta como él la preparación física es importante pero también la mental. “Si se quiere mejorar, el día a día es muy duro y mentalmente te agota”, asegura Tino Losa.
Calum asiente y explica que “hay momentos del año en que dudas mucho, no sabes si estás entrenando lo suficiente o demasiado, si no descansas lo suficiente”. La línea que separa una cosa de la otra es muy fina. “Sin querer crees que no entrenas lo suficiente y a veces tienes molestias porque estás entrenando de más, pero la cabeza te dice que no, ves a los demás y quieres más, y más y más”, explica, “y crees que has de entrenar más, cuando a veces lo que has de hacer es descansar más”.
La gran hazaña: clasificarse por segundo año consecutivo

Competir en los CrossFit Games en Dallas el año pasado “fue un sueño cumplido”. En aquella ocasión obtenían plaza para la final 10 deportistas europeos y hubo dos españoles. “Cuando acabé no pensé en celebrarlo, casi no me dio tiempo, lo primero que me dije fue: quiero volver el año que viene como sea”, y lo ha logrado.
Confía en sí mismo y en ser capaz de quedar en un mejor puesto. “Como dice mi entrenador, este año hay que ir a hacerles cosquillas a los de arriba”, añade. Su entrenador es un referente, Mikel Izquierdo, con quien está en contacto diario y quien le acompaña en las competiciones.
A lo largo de la temporada puede haber días de seis o siete horas de entrenamiento, otros de cinco. De cara a la competición baja el volumen; para entendernos, el entrenamiento no es tan largo pero sí más intenso. Unos dos meses antes cambiará la rutina: más horas de entreno. Y las dos semanas anteriores, el volumen bajará casi a la mitad y la intensidad se disparará para entrenar “al cien por cien”, explica Clements.

La exigencia es la principal diferencia entre el CrossFit competitivo y el del día a día. Como ocurre en cualquier deporte, precisa el atleta de la Marina Alta, “cuando lo llevas a lo profesional, la salud está en juego, puedes lesionarte y puedes decaer mentalmente por la presión que tú mismo de pones”.
Le alegra que cada vez haya más gente que lo practique para mejorar la salud y desconectar mentalmente de los problemas que se traen de casa; o simplemente para obtener buenos resultados físicos. “Las razones son muchas, por salud, por mejorar el físico, por hacer amistad, por sustituir malas adicciones por una buena como el deporte, por superar un mal momento a nivel psicológico…”, precisa, “y además lo puede practicar cualquiera, todos los ejercicios los adaptamos, no hay edad”.
“Superar las barreras me ha enganchado, no hay nada imposible”
Calum Clements echa mano de su experiencia personal para explicarlo. “Al principio yo me asusté, veía a la gente muy fuerte y creía que yo no era capaz de hacer lo que otros hacían, pero puedo tener el mismo estímulo que el que está más fuerte”. Su relación con las dominadas no era muy buena “y el instructor puso una goma de resistencia que me ayudaba, me quitaba al menos 50 kilos de mi peso corporal y de ese modo ya estaba trabajando músculo”. “Lo bonito que tiene este deporte”, añade, “es que yo mismo, estando muy en forma, puedo entrenar con cualquiera y vamos a acabar los dos con el mismo cansancio. Yo entrenaré con más peso y el otro con menos, pero yendo los dos a la par, o cambiará el número de repeticiones y los dos acabando al mismo tiempo y contentos porque hemos estado sufriendo lo mismo”. Afirma que “el deporte une mucho” y comenta que hay padres y madres que comparten entrenamientos con sus hijos. “Eso los une también”. Por cierto, la usuaria de mayor edad de su centro tiene 75 años.

Lo que enganchó inicialmente a este joven de 28 años al CrossFit, un deporte que practica desde hace diez, fue poder desconectar del trabajo. “Tenía un trabajo que no me gustaba nada, me amargaba, y practicaba y salía contento. Siguió enganchándome mi evolución, fui quitándome barreras, fui capaz de hacer dominadas, de saltar el cajón… Ir viendo cómo mejoras te engancha. Y lo que más, la alegría que me da ver el esfuerzo que hago. Cuando me esfuerzo muchísimo entrenando y acabo cansadísimo, me siento muy orgulloso de lo que he hecho… tienes una batalla constante en tu cabeza, ‘ya no puedo más, para ya…’ esquivar esas palabras negativas y superar esas barreras es lo que más me ha enganchado, no hay nada imposible”.