MARIANO MARTÍN-LOECHES DE LA LASTRA (*)
La enfermedad hemolítica del feto y recién nacido era una causa principal de mortalidad perinatal, morbilidad y discapacidad a largo plazo hasta los años setenta. Después del parto la administración de gammaglobulina anti-D es profilaxis eficaz contra la isoinmunización Rhesus adecuadamente usada y contribuyó a la notable reducción de muertes por enfermedad hemolítica desde su disponibilidad a comienzos de los años setenta. No obstante, la aloinmunización Rhesus todavía ocurre, principalmente por dos razones: o (1) fracaso de la administración oportuna de suficiente antiRhD después de sucesos sensibilizadores conocidos durante el embarazo o después del nacimiento, o (2) hemorragia feto-materna oculta.
Se sabe que los anticuerpos Rhesus pueden desarrollarse durante un primer embarazo, con mayor frecuencia después de la semana 28 de gestación. Esto llevó a la justificación, para la profilaxis anti-D en el embarazo para reducir la incidencia de la aloinmunización Rhesus.
La sensibilización se produce en las mujeres Rh negativo por traspaso de sangre fetal Rh positiva a la circulación materna ya sea de manera espontánea o debido a una Hemorragia Feto- Materna. La causa mas común de este proceso se produce cuando la placenta se separa en el parto, y por lo tanto esta es la razón para la administración de Inmunoglobulina anti-D dentro de las 72 horas posteriores.
La administración de Gammaglobulina Humana Anti-D está indicada en: profilaxis de la inmunización D (Rho) en mujeres Rh negativas (Rho) y mujeres D-positivas. La sensibilización se produce principalmente después del parto, pero puede producirse también durante el embarazo. Además, la amniocentesis, versión cefálica externa y traumatismo abdominal, hemorragia preparto, embarazo ectópico, biopsia coriónica o aborto constituyen episodios potencialmente sensibilizantes.
La inyección de inmunoglobulina G anti-D administrada a las mujeres Rh negativas a las 28 y 34 semanas de embarazo es efectiva para detener la formación de anticuerpos Rh anti-D después del nacimiento.
Si los anticuerpos están presentes en un embarazo posterior, pueden causar recién nacidos anémicos. Si el cuadro es severo y no tiene tratamiento, el recién nacido puede morir. Los objetivos de la inyección con anti-D son disminuir las posibilidades de que una mujer forme anticuerpos. Las revisiones bibliográficas más comunes encuentran que una inyección de 100 ug (500 UI) de Anti-D administrada a las mujeres que son Rh negativo a las 28 y 34 semanas en su primer embarazo disminuye las posibilidades de formación de anticuerpos Rh después del nacimiento. Una dosis menor es ineficaz.
El uso de 100 ug (500 UI) de inmunoglobulina anti-D a las 28 y 32 semanas en el tercer trimestre redujo la incidencia de la aloinmunización de RhD durante o inmediatamente después del embarazo de 1,5 % a 0,2 %. Aunque tal política tiene poca probabilidad de beneficiar o mejorar el resultado del embarazo actual, menos mujeres tendrán anticuerpos RhD en su próximo embarazo.
Una mujer con deseos de embarazo debe conocer previamente su grupo sanguíneo y si es negativa, realizar una prueba sanguínea para ver si tiene anticuerpos Antic D (prueba de Cobas indirecta) y si se realizan transfusiones de sangre a una mujer Rh negativa, con sangre Rh positiva se generarán los anticuerpos perjudiciales para el bebé.
(*) Especialista en Obstetricia y Ginecología.