A la luna de Valencia: La vejez no es rentable

RodolfoMartiMe encuentro con un anuncio que ofrece atención médica a enfermedades raras, a patologías complejas, que precisa de diagnóstico mediante técnicas costosas y sofisticadas. También se ofrece intimidad, tranquilidad, atención individualizada, sin aglomeraciones ni listas de espera.

La atención sanitaria que se ofrece no tiene límites económicos, ni hay que hacer aportaciones extras, el copago como ya es conocido vulgarmente.

El centro sanitario que garantiza esa atención es uno de los mejores de Europa, no lo dice solo la propaganda anunciada, lo puedo aseverar yo, conocedor por experiencia de que es cierto lo que se dice en ella. Es más, es el único centro sanitario español donde los profesionales trabajan con dedicación exclusiva.

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Hay varios puntos en los que se plantea un paralelismo con la atención sanitaria pública, y en los que esta última no sale muy bien parada, por ejemplo la tranquilidad, la intimidad y la atención individualizada, ni masificada. Solo basta recordar las listas de espera que tiene la asistencia pública para ver que si ésta se tuviese que «vender» como reclamo de un seguro médico privado, sería catalogado propaganda engañosa. También el copago, que está ahí, esperando a que escampe la protesta social que se ha promovido con la reforma laboral. Lo más significativo para mí ha sido la dedicación exclusiva que se ofrece y que no ha habido manera de conseguir en la asistencia pública. No voy a hacer ningún comentario porque no se ha conseguido algo similar en la sanidad pública a todos estos supuestos.

Sigo leyendo y ¡zas!, me encuentro con la letra pequeña. Está en una dirección de correo electrónico. Dice: «comercial» y la consiguiente @ y el resto de la dirección completa.

Pero al final de la página hay, en letras minúsculas, casi ilegibles para un miope como yo, esta coletilla, que no trascribo en su totalidad: Los que quieran adscribirse al seguro en cuestión deben ser menores de 60 años o hasta 65 años, si forman parte de un grupo o empresa. Aquí se ve que el departamento de «marketing» ha hecho un concienzudo estudio y ha visto que a esas edades la enfermedad es mucho más frecuente, y que por tanto la rentabilidad puede ser nula. Ya ha aparecido el «mercado», palabra que al paso que vamos, se va convertir en la más conocida y odiada del siglo, que ha llegado a la conclusión que la vejez, al no ser rentable, tiene que tener un límite: unos años antes de la edad legislada para la jubilación.

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