A la lluna de València: Bien de interés cultural

RodolfoMartiLa Generalitat valenciana ha paralizado la declaración dels Bous al carrer y las corridas de toros como BIC (bien de interés cultural). Según la ley de Patrimonio Cultural valenciano, esa declaración debería haber contado con la mayoría de las entidades consultadas, a saber: la Universidad de Valencia, la Universidad Católica San Vicente Mártir, el Consell Valencià de Cultura y la Academia de San Carlos. Solo la Universidad Católica se mostró favorable a que fuese declarado BIC y tanto la Universidad de Valencia y la Academia de San Carlos se manifestaron en contra, mientras el Consell Valencià de Cultura rechazó por un estrecho margen de votos en el pleno del mismo el informe elaborado por una comisión encargada de estudiar le caso. Dado el empate técnico producido, se ha decidido volver a estudiarlo, teniendo como se tiene tres años para replantearse la aprobación o denegación de la declaración de BIC.

Es curioso el silencio que se ha producido en ciertos ambientes políticos, sobre todo en aquellos que estaban tan a favor de la ley aprobada por el Parlament Català, que ha llevado a la prohibición de las corridas de toros en su ámbito territorial. Claro que nunca han pronunciado una palabra sobre la prohibición dels bous al carrer, aunque en el caso de las corridas de toros, al celebrarse en un local cerrado y previo pago, defendía yo que el que quiera que lo pague. Algo muy diferente dels bous al carrer, una fiesta que pagada por todos, por los que quieren que perviva como fiesta tradicional y por los que no les gusta ver a animales maltratados y a seres humanos maltratadores y que también están expuestos al peligro de toros como el «Ratón», famoso por sus mortales cornadas y que, cosa curiosa, es reclamado por muchas comisiones festeras, que están a medio camino entre la complacencia a sus festeros y la ignorancia y la falsa valentía que les hace intentar torear a una res muy placeada y por tanto muy resabiada, que en cualquier plaza de toros sería descartada de una lidia normal por los profesionales del toreo. Nos movemos en ese difícil campo de la demagogia y el intento de arañar votos de donde sea, sin que nadie les haga ver la parte de irresponsabilidad que se tiene al permitirla. No se puede ni se debe confundir el espíritu patriótico con un festejo sangriento y peligroso. España, una vez más, es diferente.

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