No sé si ustedes estarán como yo que estoy perplejo. ¿Cómo puede ser que en la Comunidad Valenciana tengamos una caja de ahorros descapitalizada, es decir sin un duro, que tengamos un banco emblemático que ha perdido desde 2008 su valor en bolsa de 3.457 millones de euros a 364 millones en este momento?. ¡La crisis! Me dirán algunos. La crisis, ¿para quien y porqué?, preguntaré yo. El gobierno de Zapatero dirán muchos; la crisis económica mundial dirán otros; la burbuja inmobiliaria, diremos algunos. ¿No se podría haber previsto? Por el Gobierno, por el Banco de España, por los inversores, por la junta de accionistas, por los consejos de administración. Algunos, al leer lo de consejos de administración, se acordarán de repente de los sueldos mastodónticos de los consejeros o de las pensiones vitalicias con las que se podían alimentar pueblos enteros durante mucho tiempo.
Préstamos a bajísimo o nulo interés a amigos del alma, prestamos a promotores que, viendo que se vendía todo lo que construían, se dedicaron a tapar todo el suelo de edificios, con un afán de lucro muy loable. De repente ¡catacroc!, todo el tinglado inmobiliario se viene abajo y no por la mala calidad de lo construido, sino porque el mercado ya no pudo absorber más. Las entidades de crédito se quedaron sin cobrar muchos préstamos e hipotecas y pasaron de dar dinero a pedirlo. Como no habían diversificado lo suficiente el negocio, muchas empresas y particulares se quedaron sin tener dinero para pagar la próxima nómina y muchas tuvieron que cerrar, con el consiguiente aumento del paro, por no poder pagar ni luz ni agua.
Ya sé que ya se saben la letra de esta canción e incluso la música. Solo quiero recordar que el despilfarro y la alegría irresponsable con el que se gastaba el dinero, produjo esta catástrofe económica y sobre todo social, eso en la banca. Pero ¿Y las cajas de ahorro, controladas por el poder político, de esas que me dicen? Pues que han servido para costear el despilfarro de las administraciones y sus administradores, porque no quiero pensar que hayamos costeado alguna irregularidad, por decirlo finamente. Aunque después de leer como un famoso arquitecto se ha llevado crudo 15 millones de euros por un proyecto del que solo realizó una maqueta, algo huele a podrido. O de leer que se están pagando a los grandes eventos cuando hay mucha empresa que trabaja para la administración que está sin cobrar y sin saber cuando lo podrá hacer. Y eso que parece que se está solucionando el problema del pago de las farmacias, que estaban con el agua al cuello y a un punto de tener que cerrar por falta de suministro. Dios aprieta, pero no ahoga.
¿Servirá para algo este severo varapalo? Me temo que no, porque lo importante en política es sostenella y no enmendalla, que al fin y al cabo pagan los contribuyentes, a los que se les puede decir que no se van a aumentar los impuestos, para después de ganar las elecciones, subirlos, porque se han encontrado una situación insostenible y con las cajas, y nunca mejor dicho, arruinadas y vacías. Aprendan chino mandarín, a ver si consiguen que nos compren el arroz, las naranjas y ya puestos, algún apartamento.