A la lluna de València: Decíamos ayer

RodolfoMarti

Me despedí de ustedes aplastado por el calor, sin ánimo para hacer nada, muy preocupado por la situación económica, que trascendía a lo social y a la que solo le veía una solución política. ¿Política?¿Qué he dicho? Esa palabra debía estar prohibida, porque es la culpable de todos los males que nos afligen. Mejor diríamos, la palabra «política» no es la culpable, que las palabras no hacen nada, aunque al parecer los sujetos, los gestores políticos, si que nos hacen la vida imposible. Al parecer los actuales gestores, elegidos por votación secreta en unas elecciones que no han sido cuestionadas por nadie, si que producen el rechazo de la ciudadanía, que acusa a los gestores elegidos de hacer lo contrario de los que dijeron que harían. ¡Pues no!. No hacen lo contrario de lo que dijeron, porque decir, decir lo que se dice decir, no dijeron nada. Mas bien, callaron y aunque se intentó conocer sus intenciones, callaron hasta que los votos les dieron una holgadísima mayoría con la que están haciendo lo que les parece, eso sí, porque lo mandan las primas de riesgo, los «mercados», los hombres de negro, la troika…

Algo ha cambiado. Nuestro actual presidente es un hombre de profundos silencios, largas ausencias, más dado a hablar de las cosas que afectan a los españoles en el extranjero, en los medios de comunicación internacionales, dejando para sus inmediatos colaboradores el duro día a día, en el que se pelea con la tremenda catástrofe económica, que esos segundones atribuyen a la «herencia» recibida, sin que por decirlo incumplan la promesa del presidente de no cargar sobre esa herencia los males actuales. Ellos no prometieron nada y el Presidente no habla de la herencia y todos contentos.

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El pueblo, que no es soberano, como ha dicho algún preeminente cargo del partido gubernamental y no como dice la Constitución, si protesta ante los gestores a los que ha elegido para eso, para que gestionen y no para que se apropien de la soberanía popular, se le acusa de golpista y se compara el cerco al Congreso del 25 S, con el 23 F y lo dice sin que se le caiga la cara a trozos. ¡Si sabrá lo que pasó el 23 F!. Solo lo que le han contado. Claro que aquel golpe de Estado fallido, según algunos, lo organizaron algunos dirigentes de la oposición.

Dicen que este verano es uno de los más cálidos y secos de la historia reciente. Algunos los atribuyen al cambio climático planetario. No hay que hacerlo tan rimbombante. Es más cálido, sobre todo en España, porque el pueblo, que si que es soberano, lo quieran algunos miembros del partido del Gobierno o no, está muy caliente con tanto recorte, que llevará a mucha gente a la indigencia económica, a la desprotección social. Esa calidez del medio ambiente, no solo produce grandes y devastadores incendios, sino que puede producir una gota fría que puede arrastrar cataclísmicamente nuestra civilización.

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