Vacunación frente al virus del papiloma humano (HPV)

MARIANO MARTÍN-LOECHES DE LA LASTRA (*)

Las vacunas frente al cáncer de cuello uterino se están utilizando, en amplio número de países del mundo, dentro de los programas de vacunación sistemática. Así mismo, «se ha recomendado la vacunación de rescate en adolescentes y mujeres jóvenes». Desde la perspectiva de la salud pública, la vacunación rutinaria en mujeres de mayor edad no se plantea por motivos de coste-efectividad. En estos casos son el ginecólogo y la paciente los que, de forma individualizada, deben decidir sobre la vacunación.

Una encuesta de opinión dirigida a ginecólogos españoles que desarrollan su actividad asistencial en el ámbito de la patología cervical y colposcopia, evidencia que incluso en este colectivo, hay un relativo desconocimiento sobre aspectos importantes de la vacuna frente al cáncer de cuello uterino en mujeres fuera de los programas de vacunación sistemática, con o sin infección por el virus del papiloma humano (HPV) o lesión cervical. Además se constata «la demanda de mayor información y poder disponer de recomendaciones específicas acerca de este tema».

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La mayoría de las mujeres sexualmente activas, fuera de los programas de vacunación sistemática, pueden beneficiarse de la vacunación por:

a) Riesgo significativo de adquirir nuevas infecciones HPV y de mayor persistencia viral que aumenta con la edad.

b) Eficacia vacunal preventiva muy alta (mayor del 90 %).

c) Buen perfil de seguridad, comparable al de las cohortes de vacunación sistemática.

Las mujeres adultas sin infección previa o actual tienen máximo beneficio vacunal. Las mujeres adultas con infección por algunos de los tipos vacunales tienen una alta protección frente al resto de tipos.

a) La vacuna no tiene efecto terapéutico: no modifica el curso de las infecciones existentes.

b) La coinfección por los tipos vacunales (16 y 18) en mujeres mayores es extremadamente rara (menor del 1 %).

Las mujeres con infección por HPV previas y aclaramiento viral (ADN negativas), pueden protegerse de la reinfección y reactivación. Hay ciertas evidencias de que la vacunación en mujeres sometidas a tratamiento de lesiones cervicales reduce el riesgo de segundas lesiones.

a) Las mujeres con lesiones cervicales tratadas constituyen un grupo especialmente susceptible de desarrollar nuevas lesiones e incluso cáncer cervical.

b) Los beneficios esperados de la vacunación en mueres tratadas son:

– Lesión producida por tipos no vacunales. Protección de nuevas infecciones por tipos vacunales.

– Lesiones producidas por alguno de los tipos vacunales: protección frente al otro tipo y parcialmente frente a otros tipos no vacunales (protección cruzada).

– Lesión producida por tipos vacúnales y aclaramiento postratamiento: protección frente a la reinfección/reactivación por el mismo tipo vacunal.

– Momento de administración de la vacuna en mujeres diagnosticadas/tratadas de lesiones cervicales.

Con criterios vacunológicos parece recomendable administrar la vacuna lo antes posible. No hay indicaciones de que la vacunación precoz pueda perjudicar la eficacia y la seguridad de la vacuna ni el resultado del tratamiento.

(*) Especialista en Ginecología y Obstetricia.

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