El compositor Vince Di Cola actúa en directo junto a la Universal Symphony Orchestra
El anfiteatro taurino de Ondara ha vuelto a reivindicarse como el auditorio al aire libre más versátil de la comarca para acoger el acto central del VII Festival de Cine de la Marina Alta enmarcado bajo el sugerente título de 80 y acción!
En este privilegiado escenario, la Universal Symphony Orchestra ha protagonizado una nueva esplendorosa actuación sinfónica para transportar a la numerosa concurrencia a las sensaciones de piezas que en su día multiplicaron los efectos de films como Tiburón, Regreso al futuro, Rambo, Conan el Bárbaro, Depredador, Memorias de África_o Transformers: the movie.

El director del festival sinfónico, Javier Gil ha reivindicado la consolidación del Sonafim a lo largo de estas siete ediciones como capital para suscitar el interés de la industria audiovisual en torno a una iniciativa que en toda esa trayectoria ha contado con la participación de más de cuatrocientos músicos profesionales y dieciséis compositores. Tal extremo, a su juicio, debe suscitar el interés de las administraciones para sumarse al proyecto iniciado con el Ayuntamiento de Ondara y que en la actualidad se ha ampliado a los de Dénia, Calp, Pego, Teulada-Moraira, Beniarbeig y Xàbia. A todos ellos -en especial a la hoy concejala de Turismo de Ondara, Raquel Mengual- y a los patrocinadores, ha agradecido la confianza en un proyecto que ha conseguido traspasar las fronteras de la geografía nacional con la grabación del concierto de clausura con destina a los EE.UU: para conmemorar el cuadragésimo aniversario de Rocky IV.

La efemérides ha llevado a la organización a invitar el compositor de esta última banda, Vince di Cola, para interpretarla en directo junto al cantante Jardel, y poner el colofón a una velada que ha puesto de relieve la importancia de la música cinematográfica de una década que convirtió las bandas sonoras en auténticos himnos generacionales. Dicho espíritu ha servido de hilo conductor a una edición caracterizada por la capacidad de una orquesta integrada por setenta y cinco músicos a la hora de levantar del asiento al espectador del mismo modo que lo hacía una persecución en aquellos míticos filmes que ocupan lugares de honor en la historia del cine de suspense y acción.