Verónica Monsonís (*)
Para los más peques de la casa:
Mediante el juego se aprenden normas, a relacionarse con nosotros, a comunicarse, a expresar sus emociones, en definitiva, jugar ayuda a que nuestro hijo se desarrolle tanto física como psicológicamente de manera adecuada.
Los niños tienen que jugar en soledad, pero también necesitan un rato diario de juego compartido con sus padres. No es imprescindible que sea mucho tiempo, pero sí que los padres se olviden de todo y se centren en sus hijos.
Es preciso establecer los hábitos de higiene. Es una manera de que aprenda con el tiempo a realizarlo sin nuestra ayuda: lavarse las manos antes de comer, baño diario, cepillado dental tras las comidas…
Los horarios y rituales regulares (alimentación, sueño, baño…) favorecen la sensación de seguridad y facilitan un sueño adecuado.
Es conveniente que le ayudéis a favorecer la motricidad, y ayudarle a que adquiera seguridad.
Darle papel y lápices de colores para que haga garabatos, dibujos, manualidades y vaya desarrollando la motricidad fina.
Para continuar trabajando el lenguaje, la memoria y atención, y el razonamiento, es importante que leáis libros con grandes ilustraciones, cantéis, juguéis e incluso miréis dibujitos como Dora, Pocoyo… (En los más pequeñitos) Que son muy interactivos. Todas las actividades de lectura o visualización que sean de su interés contribuirán a trabajar esos aspectos.
Es muy muy importante ir estableciendo reglas de comportamiento. Conviene siempre reforzar y elogiar el buen comportamiento y sobre todo, que los padres se muestren de acuerdo entre ellos a la hora de prohibir conductas. Ellos se dan cuenta enseguida de a quien podrán pedir, quien les dejará hacer y quien no…
Establecer normas y límites es indispensable desde bien pequeños para que se den cuenta de lo que pueden hacer o no.
Tienen la tendencia de ir «¡poniéndonos a prueba!, por lo que agotan nuestra paciencia en numerosas ocasiones… Lo más importante es mantenerse firmes siempre y llevar a cabo aquello que decimos, ya que si por ejemplo ponemos una sanción: «te quedarás sin tele si no recoges los juguetes», y no la cumplimos, puede servir de precedente para que ellos terminen saliéndose con la suya.
Intentad razonar con ellos, dialogar… Y cuando muestren alguna rabieta, mostrar indiferencia, pues si préstamos demasiada atención, también estableceremos el precedente, y por lo tanto aprenden a que «eso es lo que hay que hacer», para obtener lo que quieren y salirse con la suya.
¡Nadie dijo que ser padre fuera fácil!
¡Feliz Verano!