MARIANO MARTÍN-LOECHES DE LA LASTRA (*)
En condiciones normales, una eyaculación produce entre 2 y 6 mililitros de semen con millones de espermatozoides.
El semen emitido en la eyaculación tiene un aspecto semisólido, blanquecino y viscoso, y solamente tras transcurrir entre quince y veinte minutos, alcanzará la licuación total. El hecho de que inicialmente, el semen no sea completamente líquido, tiene un significado fisiológico, y es que el «tapón» del eyaculado que se forma cuando éste se deposita en la vagina, «atrapa» los espermatozoides, e impide el reflujo del semen y la pérdida del mismo. Mientras tanto, un número indeterminado de espermatozoides de avanzadilla, nada hacia las partes altas del tracto reproductivo femenino, camino de las trompas donde, en una de ellas, podrá encontrarse con el óvulo.
Por otra parte, el pH neutro de las secreciones seminales crea un entorno favorable que protege a los espermatozoides del pH ácido de la vagina, perjudicial para la supervivencia de los espermatozoides.
El semen eyaculado posee, por tanto:
– Elementos celulares: los espermatozoides, que proceden del testículo, son la parte principal, y otras células derivadas de la descamación del epitelio del tracto reproductivo masculino.
– Fluidos que le proporcionan su apariencia originaria de la próstata y vesículas seminales.
– Todo ello, encaminado a que los espermatozoides «puedan llegar a fecundar el óvulo».
El espermatozoide está formado básicamente por: cabeza, cuello y cola. La cabeza contiene el material genético del hombre: 23 cromosomas con la mitad de los genes que tendría el bebé, incluyendo el cromosoma X o Y que determina el sexo. Por tanto, el sexo del nuevo ser lo determina el varón, según el espermatozoide que consiga fecundar el óvulo. El cuello del espermatozoide es el «motor» del mismo, y contiene la maquinaria que proporciona energía para su movimiento. La cola, únicamente tiene la misión de propulsión o desplazamiento.
«Es conveniente conocer, que cuando sucede la eyaculación, el semen se emite en dos fracciones: la primera de ellas, de menor cantidad, es la que lleva la mayoría de los espermatozoides, mientras que la segunda tiene más volumen pero menos células».
(*) Especialista en Ginecología y Obstetricia.