En el estudio de estas actividades de la vida de Jávea entre los años 1871 y 1880 me he llevado una sorpresa al ver los apellidos más influyentes de la villa entre los que se autodenominan comerciantes, o que en el registro del Juzgado aparecían como ‘del comercio’. Creo que en esta ‘clase’ o categoría es donde se gestan las pequeñas fortunas de esas familias que luego se perciben como adineradas, por cuanto del comercio debían obtenerse pingües ganancias.
La ubicación de todos ellos está en lo que podíamos llamar centro del pueblo. Es curiosa esta ubicación por cuanto buscaban lugares a los que se pudiera acceder con facilidad y procurando estar cerca de los potenciales clientes, en una equidistancia similar de todos ellos. Las calles de estos comerciantes son las de San Buenaventura, En Grenyó, Tossal de baix, Mayor, del Forn, San Francisco, San Marcos, San Bartolomé, Santa Marta, Roques, y Virgen del Pilar.
Sus apellidos son los mismos que suelen llevar muchos de los que acuden a la ciudad de Valencia para iniciar estudios o de los que detentan el poder municipal en alguna ocasión. Son, como si dijéramos, la cantera de los gobernantes o de la intelectualidad, aunque como se dijo en algún momento en Jávea los casinos o lugares de ocio, de reunión o de esparcimiento, estaban llenos de gente letrada que pasaba el tiempo sin interés por hacer prosperar la villa o la industria, metida en debates inútiles y de poco futuro.
Figuran en este ramo Antonio Albi Giner que vive en el raval del mar y Juan Bta. Albi Gual en el carrer En Grenyó, José Bañuls Cardona en la calle de San Buenaventura. Juan Bautista Bernabeu Diego en el raval del mar. Jaime Buigues Bover en el carrer Roques y Juan Bta. Casabó Gual en la calle Virgen del Pilar o Juan Catalá Llidó en la calle San Bartolomé; Pedro Catalá Ros en la calle Mayor. Bartolomé Mengual Mayans en la calle de San Francisco y Juan Bta. Moragues Miñana en la calle En Grenyó. Antonio Quero Bertomeu en la plaza de la iglesia y Francisco Salvador Catalá… En realidad esta nómina es casi idéntica en sus apellidos a los apellidos de los estudiantes de la Universidad de Valencia. Estamos ante una muestra de familias que consideraban que por medio de la formación universitaria se podía ascender en las categorías sociales; Antonio Albi Giner es padre de José Albi Romany, abuelo de Fernando Albi Cholbi y Bisabuelo de José Albi Fita; Juan Catalá Llidó fue alcalde de Jávea y tiene como descendiente a un médico… No ocurre esto con aquellas actividades que no necesitan conocimientos logrados en los centros educativos para su desarrollo. El comerciante necesitaba leer y calcular para poder ejercer su actividad y por ello el interés que podía tener en el buscar una educación para sus hijos, si bien éstos, luego tomaban otros derroteros y no seguían el negocio familiar.
La denominación de comerciantes, en mi opinión, la usaban aquellos que tenían comercios en los que se vendían productos de toda clase, pero también aquellos que comerciaban con los productos que producía el campo: pasa, almendra, higos, aceite, vino… y que actuaban de intermediarios poniendo el producto que adquirían del labrador en manos del comprador y que en general se exportaba.
Algunos de los que hemos acumulado en la acepción de comerciantes, aparecen en realidad, como dependientes de comercio: Antonio Bas Pajarón, Vicente Bartolomé Buigues Andrés y Jaime Moll Blasco o Cristóbal Torres Ros.