Hagan fuego señores

Guillermo_Ares_Opinion

Los disparatados desastres que estamos sufriendo en la comarca y en toda España como resultado, en su gran mayoría, de la maníaca actitud de un loco o de la desmedida ambición de otro loco, podrían tener solución si quienes debieran actuar, hicieran lo que toca.

En el caso de fuegos provocados por pirómanos, gente que padece una enfermedad perfectamente detectable en el día a día desde los primeros pasos, la responsabilidad no es tanto suya como de quienes le rodean.

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Educadores, familiares, médicos y vecinos saben, o deberían saber, que ese enfermo es un Pirómano Potencialmente Peligroso.

Por tanto, también deberían saber qué y cómo afrontar el problema.

En el caso de supuestos o demostrados intentos de beneficiarse gracias a la aplicación de leyes mal concebidas, mal interpretadas o peor intencionadas, la responsabilidad sigue siendo de quienes permiten o incitan a alguien que posiblemente no esté del todo en sus cabales y que también todos conocen. A unos y a otros.

Así las cosas, todos somos culpables, ya sea directa o indirectamente, cómplices o ejecutores, cerebros ambiciosos o pobres diablos sin personalidad, todos, me repito, son responsables.

Cuando un incendio no es provocado sí lo es, porque suele ser el resultado de una displicencia humana, de esa desidia o desinterés por las cosas bien hechas, por el cuidado del entorno o por ignorancia, que llevan a alguien a dejar un rastro de su paso por la naturaleza que luego puede ser el detonante de un incendio de proporciones insólitas.

Si damos por válido este razonamiento, todos debemos hacer un repaso por nuestras conciencias, tal vez, y sólo tal vez, estemos en ese estado de comodidad o de mal entendida buena vecindad cuando por no meternos en follones de papeleos o de Capuletos y Montescos preferimos callar y mirar para otro lado aún sabiendo, unos más a ciencia cierta que otros, quienes son Pirómanos Potencialmente Peligrosos, ya sea por una enfermedad clínica o por una psicológica de ambición económica o poderes políticos.

Queridos lectores (siempre en genérico que implica a lectoras y lectores), todos podemos ser cómplices si no denunciamos a tiempo a esos enfermos.

Muchos conocemos a algún cacique que sería capaz de mandar incendiar sus tierras o las de otros con tal de sacar un suculento beneficio económico.

A ese hay que vigilarlo, hay que modificar leyes que eviten la tentación, en el peor de los casos, habrá que dificultarle los resultados para que desista de sus intenciones. Siempre habrá alguien dispuesto/a hacer un fueguecito a cambio de unas apetitosas vacaciones bien pagadas.

Al enfermo hay que medicarlo, a eso se le llama medicina preventiva que, en este caso, tiene doble utilidad.

No se sienta bien, todos somos responsables de aquello que no denunciamos, todos somos cómplices según la Ley y la Ética que tantos fallos tiene.

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