Supongo que con eso la Iglesia perdona a sus ovejas descarriadas que reprimidas por tanto celibato dan rienda suelta a sus más bajos instintos sexuales del modo más enfermizo que se pueda catalogar: abuso sexual ejercido por hombres sobre jovencísimos del mismo sexo.
¿Se puede encontrar algo peor? Viniendo de quien viene, nada menos.
Pero bueno, ya han sido despedidos de la organización, ahora que la justicia cargue con el marrón.
La tonadillera va a la cárcel, no por los delitos cometidos sino porque debe ser un ejemplo para quienes quieran intentarlo pensando que dos años de condena no se cumplen.
Pero es que no se cumplen, menudo ejemplo.
La amiga Isabel ya está pensando en la fecha de salida de su claustro que, dicho sea de paso, menuda habitación llamada celda tiene a su disposición la señora, para mucho antes del cumplimiento total de la condena.
Sólo bastará con portarse bien, este cuento ya me suena familiar, dar clases de baile o canto, esas que convencen a cualquiera que no se debe volver a blanquear dineros mal obtenidos.
Analicemos, puede elegir la cárcel, el día de entrada y casi, casi el de salida, qué actividades quiere desarrollar en beneficio de una desgravación de condena y ya está, tal vez pague su multa de millón y medio de euros que no será para devolver a quienes se quitó en su momento posiblemente mucho más que eso.
Ahora bien, los desahucios por hipotecas no cumplidas que generalmente se deben a la incapacidad de obtener ingresos y no a la desmedida obtención de ingresos ilegales, son implacables.
Los modelos de referencia tienen casos de corrupción, la iglesia, la política, las empresas, las fuerzas del orden, los ejércitos y seguramente los pequeños ayuntamientos donde tal vez y sólo tal vez, habría que empezar a tirar de la manta y hacer un poco de limpieza, eso es más complicado porque hay mucho vecino implicado.
Hay algo en todo esto que me produce la sensación de estar en el Planeta equivocado.