Dr. MARIANO MARTÍN-LOECHES DE LA LASTRA (*)
En términos generales, el SPM suele achacarse a un desequilibrio entre los estrógenos y progesterona, concretamente a una insuficiencia de progesterona y a un exceso de estrógenos, desequilibrio que por lo demás, está implicado también en otras dolencias femeninas como la sensibilidad mamaria, los fibromas/miomas y los quistes ováricos, entre otras.
Es un conjunto de síntomas que se presentan por lo general desde el día 14º del ciclo menstrual, cuando se inicia la fase de ovulación, hasta la aparición de la regla. Puede ser bastante camaleónico: no presentarse todos los meses, variar en intensidad, incluso algunos síntomas pueden manifestarse a veces, y otras no. Y no siempre tienen que ser «síntomas negativos»: hay mujeres que experimentan una gran energía y se sienten especialmente creativas durante ese período.
Se barajan varias cuestiones que han demostrado influir en dicho desequilibrio; entre otros mencionamos:
– La incapacidad del hígado de eliminar el exceso de estrógeno.
– El distress (stress excesivo).
– Déficits nutricionales y desequilibrios alimenticios que llevan a carencias (o insuficiencia) de vitaminas, minerales y ácidos grasos esenciales.
– La píldora (anticonceptiva).
– Uso de Medicamentos.
Todas estas cuestiones mencionadas apuntan a un tratamiento natural preliminar que sin duda mejorará el cuadro del SPM: mejorar la alimentación y mejorar las funciones del hígado evitando lo que lo perjudica, en primer lugar, y luego añadiendo hábitos que lo benefician.
Puedes empezar por suprimir:
– Azúcares refinados (azúcar blanco y azúcar integral).
– Café.
– Alcohol.
– Alimentos muy grasos o formas de cocción grasas (frituras).
– Medicamentos (procura limitarlos a lo que específicamente debas tomar por prescripción médica, y en la dosificación prescripta).
Puedes continuar por añadir:
– Más frutas y verduras.
– Cereales integrales.
– Legumbres.
– Aceites vírgenes de Primera Presión en Frío.
– Sal marina sin refinar (en vez de la sal de mesa común), y en cantidades cada vez menores.
– Mayor descanso.
– Algún tipo de ejercicio físico, o simplemente caminar a paso vivo durante 40 minutos cada día, 6 veces por semana.
Dependiendo de la severidad de los síntomas o del tipo de SPM de que se trate, podrá resultar necesario tomar complejos vitamínicos, minerales y complementos alimenticios, pero asegúrate que proceden de fuentes orgánicas y siempre que sea posible, que dichas fuentes sean ecológicas.
(*) Especialista en Obstetricida y Ginecología.