J.V. BOLTA
De la experiencia profesional de Antonio Moreno Serrano como detective privado durante 33 años y de su imaginación ha surgido la serie de novela negra protagonizada por su alter ego Gregorio Parra. Una de las obras, “El cuarto oscuro”, se presentará el próximo viernes 26, a las 18.45 horas, en el restaurante Ícaro en Dénia, donde Antonio Moreno y su mujer, Maite, residen desde hace varios años.
“El cuarto oscuro”, que fue finalista en los premios Sed de Mal dentro del Festival Literario Octubre Negro de Madrid de 2023, ha sido publicada por Ediciones Atlantis.
Nacido en Madrid hace 60 años, Antonio Moreno es criminólogo, perteneciente a la cuarta promoción de detectives universitarios del Instituto Universitario de Criminología de Madrid. Fue el fundador de una agencia de detectives, ubicada en la Gran Vía madrileña. En 2018 decidió retirarse del ejercicio profesional y se dedicó a su pasión, escribir novela negra.
Su idea era escribir 30 libros sobre la vida del detective Gregorio Parra, pero según puntualiza Antonio Moreno, “a la vista de la edad que tengo, creo que no va a ser posible y lo dejaré en 20”. Explica que la principal característica de sus novelas es que Parra aparece en distintas épocas de su vida y que “siendo la misma persona, no tiene nada que ver cuando es un joven inexperto a cuando es un detective quemado con 70 años, que está de vuelta de todo y está muy cansado. Al mismo personaje que no se parece a como era antes, le van surgiendo cosas en la vida, como nos pasa a todos, y con la experiencia se va desencantando. Y cada novela es distinta por eso”.
En “El cuarto oscuro”, el personaje se enfrenta por casualidad a un problema cerca del despacho en el que trabaja en la Gran Vía de Madrid, donde también lo tenía Antonio Moreno. Allí coincide con un psicópata y “se ve envuelto en un problema muy grave que está a punto de matarle”. Señala que tiene fuerte dosis de realismo, salvo algunos aspectos porque “si las novelas fueran como es la vida realmente, serían aburrídisimas porque nadie se cruza con un psicópata así de pronto”. Gracias a su experiencia, Moreno refleja perfectamente cómo se comporta un detective, el material de trabajo y los procedimientos que sigue para resolver los casos.
La figura del detective privado ha sido idealizada por el cine y la televisión, pero la realidad es muy diferente, porque por ejemplo en España no tienen licencia de armas. Su función abarca muchos aspectos. Dice Antonio Moreno que “cuando yo empecé hacíamos muchos cuernos, como lo llamábamos. Eso era fantástico, porque se cobra mucho dinero y es un trabajo superfácil”. En la actualidad, cada profesional tiene su especialidad, desde los que se dedican a investigar en las redes sociales a los que fabrican micrófonos ocultos o los que realizan investigaciones sobre bajas fraudulentas en empresas, competencia desleal entre ejecutivos o todo lo relacionado con el derecho de familia, como el pago de pensiones alimenticias de los hijos.
Moreno defiende la profesionalidad de los detectives privados y asegura que, cuando sus informes llegan al juzgado, “arrasan y todas las mentiras que se están diciendo desaparecen”.
Aunque la novela negra en España está en auge, Antonio Moreno dice que los detectives privados prácticamente no existen. “Los escritores no se atreven a meterse en la vida de un detective”, afirma, “porque como no saben cómo es, tienen que inventárselo todo y no les resulta fácil. Es como si yo me metiera en el papel de un arquitecto porque no tengo ni idea de las palabras que usa y de cómo se hacen las cosas”. Por eso, en la mayoría de los casos aparecen policías nacionales, guardia civiles o abogados, ya que resulta más fácil obtener información sobre su trabajo a través de películas, casos reales en televisión y declaraciones. Como excepción, cita al personaje de Pepe Carvalho, creado por Vázquez Montalbán, a quien define como “un detective muy real”.
Antonio Moreno subraya que su padre era “un fanático de la novela negra” y desde joven tuvo acceso a libros de grandes escritores del género, entre franceses, británicos y norteamericanos. En su opinión, el mejor es Michel Conelly. Reconoce que le encanta la novela negra americana. Y aclara que “aunque desde aquí digamos que no la entendemos, en su sociedad sí porque en España hay una media de 300 asesinatos al año, que es una cifra pequeña para 48 millones de habitantes. En Estados Unidos, a 300 los pueden matar en un día, que es algo espectacular. Entonces, esa novela es mucho más violenta que las europeas porque su sociedad no tiene nada que ver con la nuestra”.
A pesar de que Dénia es una ciudad segura, está convencido de que funciona como espacio para una de sus historias: “En Dénia he hecho investigaciones, que fácilmente ya no son una novela y también las he puesto en una de mis novelas, pero hace 15 años”.







