Año nuevo, ¿vida nueva?

 VERÓNICA MONSONÍS FAR (*)

Nuevos proyectos, nuevas metas, nuevos retos que cumplir… Siempre que iniciamos un nuevo año, nos llenamos de propósitos positivos; utilizamos el comienzo del año como punto de partida hacia una vida mejor y para ello nos planteamos una serie de objetivos: dejar el tabaco, perder peso, hacer ejercicio, llevar una dieta más sana, estudiar más, buscar pareja,… la lista es interminable, pero sobre todo poco realista, ya que nos proponemos hacerlo todo en un plazo relativamente corto y casi sin esfuerzo…
 La realidad es muy diferente… ni cambiamos de la noche al día, ni los resultados son inmediatos y sin esfuerzo. Nuestra motivación, voluntad y ganas de trabajar para conseguir nuestras metas juegan un papel fundamental para que lleguemos al final del año y hayamos cumplido con éxito todos nuestros propósitos.

¿Cómo podemos hacer una lista de buenos propósitos?
 1. Apunta en un papel todo aquello que quieres mejorar el próximo año; no importa que la lista sea corta o larga, lo importante es que escribas tus metas sin juzgar ni analizar si es o no factible llevarlas a cabo.
 2. Terminada la lista, numéralas de 0 a 10, según el grado de dificultad que tienen para ti, y después ordénalas de menos a más difícil.
 3. Analiza cada objetivo y escoge solo aquellos pensando que los cambios que queremos llevar a cabo deben ser realistas y deben depender de nosotros mismos, no del azar ni de los demás.
 4. Clasifica las metas seleccionadas en metas a corto (metas a realizar en los próximos 3 meses), medio (a realizar entre los siguientes 3 a 6 meses) o a largo plazo (metas a realizar a partir de los 6 meses).
 5. Cada meta, puedes dividirla en submetas por tal de que te sea más fácil llegar a ella a través de pequeños pasos.
 Es importante que tengas en cuenta que el tiempo en que te plantees conseguir una meta, siempre debe ser aproximado; ponernos una fecha exacta límite, hará que nos agobiemos demasiado.
 Del mismo modo, al ponernos a trabajar en su consecución, podemos encontrarnos en que necesitamos más tiempo del previsto para llevarla a cabo; en tal caso, debemos revisarla y volver a formularla, añadiendo el tiempo que creamos necesario.
 Recuerda que las metas deben ser flexibles en el tiempo y realistas; lo importante es que tú mismo veas que con tu esfuerzo y motivación estás trabajando para conseguir lo que te has planteado, tanto si se lleva a cabo con éxito como si no.
 ¡Feliz año!

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(*) Psicóloga de Emòtica, espai de benestar. Master en Psicología Clínica.

 

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