INÉS ROIG (*)
Sucumbir a los antojos y caprichos por ciertos alimentos hace sentirse mejor. En ocasiones hay razones subjetivas pero también objetivas para que esto sea así.
Quien más quien menos sabe de alguien que toma chocolate para animarse cuando está decaído, y hay quien asalta la nevera por las noches para calmar la ansiedad y sentirse mejor. En ocasiones surge un intenso deseo de consumir un alimento o tipo de alimento al que resulta difícil resistirse para encontrarse de mejor humor. El más típico es el de consumir chocolate, o más generalmente, alimentos ricos en grasas y azúcar. Tras su consumo la persona se siente más animada, contenta.
Hay una asociación entre alimentos consumidos y estado de ánimo. El puente lo establecen las hormonas. Una de las principales es la serotonina, sustancia que a nivel cerebral mejora el ánimo. Hay alimentos que pueden incidir en los niveles de esta hormona. ¿Cómo? Aumentando el consumo de alimentos ricos en triptófano, responsable de la producción de serotonina. Algunos de estos alimentos ricos en triptófano son el pavo, los plátanos o los higos. Para combatir estos estados con el ánimo bajo también se recomienda aumentar el consumo de alimentos vegetales ricos en fibra, como fruta, verdura, legumbres, cereales integrales y frutos secos, evitar grasas saturadas y aumentar el consumo de ácidos grasos omega 3 (atún, salmón, caballa, sardinas…).
Tal vez, una de las situaciones donde se hace más evidente el tipo de alimentación y los estados de ánimo es durante el embarazo. A medida que el embarazo avanza, hay menos espacio en el estómago y es más propenso a la acidez. Al tomar alimentos grasos se multiplica el efecto acidez, la digestión se hace más pesada y se necesita más energía para realizarla. Y eso repercute en el estado de ánimo de la mujer porque siente que sus fuerzas flaquean, se encuentra más abatida, desanimada. Así que cuanto más ligera la dieta mejor para levantar el ánimo.
La ingesta de hidratos de carbono y azúcar levanta el ánimo, por eso resulta tan difícil hacer dieta. También se ha observado una apetencia desmesurada por la ingesta de hidratos de carbono en el periodo premenstrual para levantar el estado de ánimo bajo que suele darse.
El placer inmediato de los antojos y caprichos puede convertirse en un arma de doble filo. Las patatas fritas forman parte del grupo de alimentos adictivos que producen “subidón”. Es un capricho sabroso. Se toma una patata frita y ya no se puede parar de comer. Provocan picos de glucosa que a corto plazo provocan sensación de bienestar y ánimo. Pero para mantener ese estado de buen ánimo el cuerpo necesita comer más. Como las patatas fritas forman parte del grupo de alimentos que no producen saciedad, el estómago no tiene ningún problema en seguir sucumbiendo a la tentación.
Un ejemplo de una cena con amigos que levantaría el ánimo tendría como plato principal algo de pasta con una salsa picante, porque todo el mundo se siente mejor después de un plato de pasta y el picante para calentar la sangre y la conversación. El postre, sin duda, un tiramisú que siempre cumple con su objetivo: levantar el ánimo de cualquiera combinando a la perfección bizcocho, crema, chocolate y café. Todo acompañado de un buen vino.
Después de esto, todos a casa con una sonrisa y los problemas olvidados… por lo menos para algunas horas. Ánimo.
(*) Farmacéutica