Una nueva vida después del verano

Verónica Monsonís (*)

Llega septiembre y con él, el momento de plantearnos posibles cambios en nuestra vida. Es la época idónea para hacer balance e intentar modificar aquéllos aspectos con los que no estamos satisfechos, y que hacen que no tengamos una vida plena y placentera. Al igual que en Navidad, el verano es un punto de inflexión en la que mucha gente recapacita y empieza a plantearse cambiar cosas o empezar otras, con nuevas metas y objetivos.

A principios de año nos llenábamos de propósitos positivos, pues utilizábamos el comienzo de año como punto de partida hacia una vida mejor, y para ello nos planteábamos una serie de objetivos como: dejar de fumar, perder peso, hacer ejercicio, llevar una dieta más sana, estudiar más, buscar pareja, ascender laboralmente… Llegados a este punto, debemos analizar los pros y los contras de las cosas de nuestra vida con las que no estamos satisfechos y evaluar si estamos o no contentos con lo que hemos logrado hasta el momento. Solemos dejarnos llevar por las obligaciones y la comodidad del día a día, cayendo en la más absoluta rutina monótona y poco motivadora. Es recomendable aprovechar las actividades que realizamos durante el verano para introducirlas en nuestra vida cotidiana a partir de septiembre (actividades que aporten aire fresco a nuestro día a día).

Publicidad

Si durante la época veraniega no has podido «dedicarte a ti», ni crear nuevas actividades o rutinas, septiembre te servirá igualmente para plantearte qué cosas te gustaría hacer durante los próximos meses. Todo ello te ayudará a reevaluar los objetivos que te planteaste a principios de año, y ver con claridad qué cosas te gustaría cambiar e introducir en los próximos meses.

Ten en cuenta que cualquier cambio provoca siempre incertidumbre ante lo desconocido, ya que no sabemos lo que nos deparará y cuáles serán las consecuencias que obtengamos. Además, cuesta mucho trabajo y esfuerzo llevarlo a cabo: se necesita tenacidad y decisión y estos factores son los que, a menudo, nos incapacitan para conseguir lo que queremos. Seguro que nos hemos fijado alguna vez en el empresario que ha cerrado su empresa y se ha embarcado en otro negocio totalmente distinto como puede ser un restaurante. Puede que admiremos su decisión de arriesgarse y atreverse con algo nuevo y diferente, pero ¿seríamos capaces de hacerlo nosotros?… ¿Y por qué no? Sin duda: por «miedo».

Tener confianza en uno mismo es fundamental para conseguir un cambio en nuestras vidas. Muchas veces, la opinión de los demás también nos predispone a tomar decisiones; nuestra familia y amigos pueden hacernos cambiar de pensar; siempre está bien escuchar lo que piensan, pero ten en cuenta que, la opinión de los demás es sólo una opinión, ni buena ni mala.

Lo importante es que te marques objetivos concretos que se ajusten a la realidad. Cualquier cambio es difícil, pero con esfuerzo y motivación puede llevarse a cabo.

Si piensas que el trabajo que tienes no te gusta; que te gustaría estudiar una carrera diferente; que quieres aumentar tu formación con cursos o masters; o que simplemente necesitas compartir más tiempo con tus amigas… aún estás a tiempo. Ahora es el momento de pararte a pensar y decidir como cambiar o reorganizar tu vida. Nuestra motivación, voluntad y ganas de trabajar para conseguir nuestras metas juegan un papel fundamental para que lleguemos al final del año y hayamos cumplido con éxito todos nuestros propósitos.

(*) Psicóloga. Master en Psicología Clínica. Experta en Atención Temprana.

Suscríbete al boletín de noticias

Pulsando el botón de suscribirme aceptas nuestras Política de privacidad y Términos del servicio
Publicidad