Poner en valor el patrimonio del territorio de Diània es el principal objetivo de las publicaciones a que nos tiene acostumbrado Just I. Sellés. Lo hace ahora con los castillos, noventa y tres fortificaciones situadas en el sur del Xúquer y en el norte del río Montnegre, o de Xijona, que nos presenta en un libro ilustrado, como siempre, con magníficas fotografías. Diània. Terra de Castells se presentó jueves en la Biblioteca Pública de Dénia como una publicación para difundir la riqueza patrimonial de un territorio del cual forma parte la Marina Alta. Pero también, como remarcaba el autor, para hacer ver la urgencia de actuar y no dejar perder los vestigios arqueológicos de unas construcciones que no solo han sido testigo de nuestra historia, sino que también la han escrito.
Diània. Terra de Castells no es un libro de historia sino de fotografía. A lo largo de 288 páginas, se reproducen 300 fotografías de 93 castillos o fortificaciones, muchos de ellos de la Marina Alta. Todas las fotografías están acompañadas de textos alusivos. Han sido tomadas por el propio autor, muchas de ellas por la noche, en un periodo de 15 años y utilizando drones y cámaras réflex.
Just I. Sellés ha disfrutado mucho recorriendo sendas, subiendo a las montañas y, en algunos casos, haciendo noche para conseguir la foto deseada. No era ese el único objetivo. Intentaba, además, ponerse en el lugar de aquellos que vigilaron, defendieron un territorio o habitaron y se refugiaron en los castillos. La mayoría de ellos están situados en la parte más alta de las montañas y usan barrancos y acantilados como elementos defensivos.
Una vez más, y con gran protagonismo, las montañas están presentes en la historia del territori diànic, indicaba el autor. La influencia del relieve en la arquitectura del castillo es evidente. Como también lo son la superposición de culturas y las reformas que, la mayoría de veces, enmascaran la fortificación original.
Entre castillos y fortificaciones, incluyendo torres, iglesias fortificadas, poblados íberos y demás, Sellés calcula que se podrían contabilizar más de 250. A su estado de conservación les ha pasado factura el tiempo meteorológico pero, sobre todo, la mano del hombre. Algunos fueron derrocados concienzudamente para que no cayeron en manos del enemigo y las estructuras de otros han sufrido las consecuencias de la actividad humana -cultivos, ganado, construcciones- y otras, simplemente, el olvido.
En el territorio de Diània no esperamos castillos de cuentos de hadas, precisa el autor del libro, pensamos en recintos fortificados. Lo que más encontraremos son fortificaciones andalusís. La más antigua, sin embargo, es del periodo íbero, al Alt de Benimaquia. De tiempo de las guerras serteorianas es el castelum de la Peña del Águila, también en el Montgó.
Entre las fortificaciones andalusís, un buen ejemplo es el castillo de Al-Azraq o de Alcalà, que estuvo en uso hasta el siglo XV y que ahora es objeto de una importante restauración. En época feudal, los castillos tuvieron función defensiva y residencial, destaca Just I. Sellés, y en el siglo XIX proliferaron las torres de vigía costeras, como el Fortí de Moraira, que es uno de los castillos más modernos del territorio objeto del trabajo.
En la hora de estructurar el libro, el autor ha hecho siete divisiones subcomarcals que dan pie a cada capítulo. Dos epílogos, En busca del castell d’Alarc y La historia fosilizada en el paisaje, de Rafael Cebrián, junto al prólogo y las reseñas bibliográficas, completan Diània, Tierra de Castells. Un libro para viajar por la historia y el territorio más próximo. Sellés lo presenta acompañado con la proyección de un audiovisual, Terra Forta, que él mismo ha realizado. Con un cuidadoso guion para la voz en off y una música muy sugerente, nos muestra el libro y los castillos en movimiento.