Una vez más el progreso nos arregla o estropea el ritmo natural de la vida, Internet ha revolucionado la Comunicación, quitando un elevado porcentaje de disparates que en la RED se encuentran, cierto es que hay de todo lo que necesitemos buscar.
Pero, mi tan defendido «pero» que nunca falta, una indudable cualidad es la posibilidad que nos brinda de trabajar desde casa para cualquier parte del mundo.
Sin ir más lejos, estas líneas se escriben semanalmente a quinientos kilómetros de Dénia.
El trabajo en casa se está extendiendo, aceptando y perfeccionando debido a sus muchas virtudes y pocos fallos.
La diferencia de coste global entre trabajar en la ofi o en casa es realmente digno de tener en cuenta, por ejemplo, quienes trabajamos en casa no comemos en restaurante, no consumimos gasolina o bono bus para ir de casa al trabajo y del trabajo a casa.
El tiempo, es otro factor interesante, enviar un documento por correo electrónico puede tardar unos cinco minutos en el peor de los casos, es el tiempo que tardaríamos solamente en coger nuestras cosas para salir de casa y llegar al coche o la parada del bus.
Si este ahorro se tuviese en cuenta, multiplicado por la cantidad de empleados de una empresa y sus colaboradores, proveedores y clientes, bajarían los precios de casi todo lo que tiene precio.
Una vez más el progreso nos ofrece mayor velocidad, menos relación con el vecino, en este caso los compañeros de trabajo, mayor comodidad y un buen ahorro de costes.
Cierto es que no todos los trabajos admiten la opción de realizarlos en casa y enviarlos por Internet.
Los estudios a este respecto vaticinan que en pocos años seremos mucho más autómatas o automáticos, las relaciones llamadas «humanas» lo serán cada vez menos y yo añado de mi cosecha que si seguimos como vamos, seremos muchísimo más inútiles que ahora gracias a que dependeremos mucho más de los conocimientos de una máquina que de los propios, seguramente llegará el día en que las máquinas proyectarán y fabricarán máquinas superiores, relegando a los humanos a un plano inferior en conocimientos, seguramente viviremos como reyes mientras no se revelen las mayorías y nos planten tiendas de campaña donde no se pueda acampar.