INÉS ROIG (*)
1. Analítica básica. En pacientes sanos, se aconseja una analítica anual que incluya un hemograma, un perfil de bioquímica y un TSH (valoración de tiroides). En la mujer, se sugiere realizar la analítica para detectar posibles anemias. En las pruebas rutinarias en personas sanas se pueden detectar problemas asociados a niveles altos de glucosa, colesterol y otras grasas, que permiten iniciar prevención y tratamiento de forma precoz. En los varones, a partir de los 45 años, se incluye el PSA (marcador de próstata) por su tendencia al aumento de tamaño y para la detección precoz de problemas prostáticos.
2. Presión arterial. La hipertensión es una enfermedad que ya afecta a mil millones de personas en el mundo, con el riesgo que implica a la hora de causar cardiopatías o accidentes cerebrovasculares. Pueden realizarse un par de veces al año si el paciente está sano. Lo ideal es una medición en verano y a otra en invierno. Las revisiones ayudan a detectar patologías que se pueden prevenir o retrasar ajustando dietas, hábitos de vida o tratamientos precoces.
3. Perfil hormonal. Las hormonas son las más chivatas de que algo no va bien. Una vez al año conviene repasar al menos los niveles de estradiol (favorece la restauración ósea), la progesterona (con un papel vital en el embarazo), la hormona foliculoestimulante (permite confirmar la llegada de la menopausia), la luteinizante (se vincula a quistes ováricos) y la prolactina (indicativa de tumores hipofisiarios e infertilidad)».
4. Repaso dental. Si acudimos cada año al odontólogo se podrá detectar de manera temprana cualquier patología, ya sea una caries o un problema periodontal. La limpieza dental también es obligatoria e improrrogable. La acumulación de placa bacteriana que no se retira de forma correcta puede afectar a la encía y al hueso, que sirven de soporte al diente hasta que se acaba cayendo.
5. Control respiratorio. Respirar bien en apariencia no basta. Se aconseja revisar el aparato respiratorio cada uno o dos años. La prueba más común es la espirometría, que consiste en medir el flujo de aire en los pulmones. Con este reconocimiento, se busca prevenir la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC).
6. Examen visual. Este test puede diagnosticar alteraciones oculares importantes antes de que presenten síntomas, mejorando en muchos casos su pronóstico. Las enfermedades relacionadas con la edad son la causa más frecuente de pérdida visual, siendo la degeneración macular y el glaucoma sus máximos exponentes.
7. Revisión dermatológica. Es buena idea acudir una vez al año (o cada seis meses si hay mayor riesgo de lesiones: muchos lunares o piel muy blanca).
8. Solo mujeres. Todas las mujeres deben hacerse una revisión ginecológica al año. Hay que tener en cuenta dos factores: la edad y los antecedentes personales o familiares de la paciente. Los controles ginecológicos deben empezar a realizarse a partir de los 18 años o en el momento del inicio de las relaciones sexuales. La revisión completa ha de incluir como mínimo: exploración mamaria; citología, tacto vaginal y ecografía.
(*) Farmacéutica