Se acabó el turismo

Guillermo_Ares_Opinion

Después de darle un repaso a los horrorosos puestos de los hippies del puerto de Dénia, hoy toca meterse con el desastroso y escaso turismo que llega a esta ciudad y a las poblaciones cercanas.

En un mundo en que la comunicación es prácticamente gratuita, lo que falta es creatividad, no basta con manejar bien los programas de ordenador que hacen círculos redondos y los cambian de color en un click, lo importante es saber qué hacer con ese círculo y dónde ponerlo.

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El tema turístico es algo similar, creatividad es evidente que falta, en cambio sobra poder para no poder ni dejar poder hacer.

Parece imposible que Salou haya descubierto que el turismo de borrachos no le es rentable y lo está reemplazando rápida y eficazmente por un turismo de mejor calidad y nivel económico, ya no importa hablar inglés en Salou, ahora es útil el ruso.

A Guadalest llegan a diario docenas de autobuses llenos de turistas rescatados mayoritariamente de Benidorm, a Patones de Arriba arriban a diario docenas de turistas que cuadriplican su población estable, vienen de todas partes del mundo.

Es por no citar otros fenómenos turísticos internacionales cuyo único encanto es su propia personalidad y el buen hacer de quienes están encargados de atraer al turismo a sus ciudades.

Hace 30 años Dénia o Jávea eran paraísos de los pudientes pijos madrileños, hoy son el paraíso del turismo barato y pobre de la lata de tomate y el súper.

Conseguir que una ciudad como Dénia sea un centro de atracción turístico internacional sólo cuesta obligar a los comerciantes y empresarios con locales y personal de cara al público, a que se apunten junto con sus empleados a unos cursos muy serios de atención al cliente, fidelización y servicio post-venta.

Un informático de primera fila y dos promotores de turismo que sepan lo que deben hacer, comunicadores, profesionales del turismo y las ventas internacionales, alguien con mejor gusto y profesionalidad que quien permitió lo de los puestitos del puerto y más olfato que quienes propusieron el exitoso Centro Comercial de Ondara.

Así el verano que viene Dénia sería un próspero enclave dedicado al turismo de calidad.

Menos intereses personales, más por la ciudad y sus habitantes, comerciantes y especialmente por el que vendrá a dejarse la pasta.

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