Verónica Monsonís (*)
“Los pelos como escarpias”, “ganas de llorar”, “horror”, “impotencia”… Son reacciones que leo tras escuchar la noticia de suicidio de un presunto nuevo caso de acoso escolar. ¿Que está fallando? ¿Qué pasa? ¿Cuál es el problema realmente para que muchos niños y niñas terminen con su vida o acosados por los demás?
Me da pánico pensar que mi hija de 6 años, al igual que muchos otros escolares, puedan ser objeto de burlas, insultos, vejaciones, agresiones, no aceptación social… En definitiva: Acoso. Es por ello que intento inculcarle, ya desde casa, valores sociales y personales, expresar emociones propias y reconocerlas en los demás, comunicarse, escuchar y entender al otro, interpretar situaciones, que se sienta comprendida, querida, aceptada por sus padres… Porque creo que, solo desde la prevención, podremos hacer frente a esta “lacra social” en la que se ha convertido el acoso escolar o bulling.
Muchos profesionales como yo, ya trabajamos en algunos coles programas de prevención del acoso escolar/bulling, porque entendemos que ya desde la primera infancia podremos empezar a “educar” en valores de respeto, en la comprensión hacia los demás, el amor, empatía, motivación, actitud hacia la vida, el entendimiento con su entorno, el quererse uno mimo, aceptarse, comunicar y expresar lo que uno piensa y siente, reconocer emociones en los demás, hacer valer sus derechos, defenderse… Y tantas otras cosas que a través de talleres y programas de Educación Emocional, intentamos trabajar en niños y niñas de todas las edades, y como no también con sus padres. Porque el dúo escuela-familia, es fundamental para prevenir los problemas no sólo de acoso escolar, sino muchos otros.
Hagamos posible que existan más programas de estas características tanto para niños, jóvenes y adultos, en los colegios, asociaciones, entidades públicas o privadas… Queremos poner nuestro granito de arena ¡si es posible!
(*) Psicóloga. Master en Psicología Clínica. Experta en Atención Temprana.